
Fue una elección judicial, costosa y sin legitimidad ciudadana: Diputado Jericó Abramo
El diputado Federal Jericó Abramo Masso señaló que la pasada elección para renovar el Poder Judicial tuvo una participación baja y registra una cifra histórica de votos nulos, por lo que considera que este proceso no representó una verdadera expresión democrática, sino una “venganza judicial disfrazada de democracia”.
De acuerdo con el legislador coahuilense, más de 12.8 millones de ciudadanos acudieron a las urnas, pero casi 1.3 millones de sufragios fueron anulados, lo que representa un 11% del total emitido.
Para Abramo Masso, este porcentaje no solo es alarmante, sino que marca un precedente negativo:
“Nunca ha habido una elección, en los últimos 50 años, con tantos votos nulos”, sostuvo.
El diputado subrayó que la jornada electoral implicó una inversión pública de aproximadamente 7 mil 500 millones de pesos, cifra que, en su opinión, no se justifica ante los resultados obtenidos; añadió que el alto número de votos anulados refleja un profundo descontento y desconexión entre la ciudadanía y la forma en que se ejecutó esta reforma.
Además, denunció prácticas que consideró irregulares, como la supuesta distribución de “acordeones” o instrucciones de votación fuera de casilla en 28 entidades del país:
“Eso representa un retroceso de cuatro décadas en materia de transparencia electoral”, advirtió.
Abramo también puso en entredicho la legitimidad del proceso por la falta de competencia real, según él, los candidatos estaban previamente definidos por acuerdos internos del partido en el poder, lo que volvió innecesaria la consulta:
“¿Cómo se puede avalar una elección si ya venían dichos los ganadores desde antes?”, cuestionó.
Aunque reconoció que el sistema judicial del país requiere cambios de fondo, el legislador dejó claro que la vía utilizada fue la equivocada. En su opinión, el verdadero enfoque debía estar en reformar los Ministerios Públicos, profesionalizar las procuradurías y aplicar mecanismos efectivos de evaluación y rendición de cuentas a jueces y magistrados.
“La justicia mexicana necesitaba una sacudida, pero no de la manera en que se hizo”, dijo y agregó que el proceso fue más político que técnico, y lejos de fortalecer la independencia del Poder Judicial, lo dejó más vulnerable a la influencia del Poder Ejecutivo.
Para Jericó Abramo, el resultado de esta elección no representa un avance democrático, sino una regresión:
“Se desarticuló un esquema funcional sin construir una alternativa legítima”, sentenció.