La brillante carrera de José “Zacatillo” Guerrero como manejador, incluye situaciones que lo describen como un gran ser humano, independientemente de su capacidad demostrada como timonel a lo largo de su desempeño al frente de los equipos que participaron bajo su dirección. Algunas de ellas, nos las relató su hijo Héctor, a quien agradecemos la disposición y la información proporcionada para esta columnilla.
“Zacatillo” reconoció siempre, que muchos de los conocimientos adquiridos y aplicados ya en su etapa de manejador, los aprendió del inolvidable cubano Antonio “Tony” Castaño, el mismo que al mando de los “Pericos” de Puebla, los llevó al campeonato de 1963, cuando el lagunero se desempeñaba como jugador activo cubriendo la tercera base.
El orgullo de Matamoros, Coahuila, Horacio “El Ejote” Piña, nos hace saber que en lo personal, además de ser compañero de “Zacatillo” en el equipo poblano, agradece que fue su consejero para saber cobrar dignamente sus servicios como lanzador estrella en el beisbol mexicano. Y efectivamente, el mismo Piña confiesa cómo el equipo Unión Laguna se negó a aceptar el salario que, una vez que regresó de Grandes Ligas, el “Ejote” solicitaba al conjunto lagunero. Esto lo supo el entonces Gerente de Rieleros de Aguascalientes, Manuel “La Chota” Robles, quien aceptó las pretensiones de Piña y logró incorporar al de Matamoros al equipo hidrocálido.
La historia es bien conocida por los viejos aficionados, sobre todo los de Aguascalientes, pues el larguirucho Ex Atlético de Oakland, lanzó juego sin hit ni carrera en la temporada de 1975 a los Indios de Ciudad Juárez, además de obtener el liderato de Carreras Limpias Admitidas en 1977, y en 1978, se cubrió de gloria al lanzar el segundo Juego Perfecto de la historia de la Liga Mexicana, y llevó de la mano al campeonato a los Rieleros, bajo la dirección de Jaime Fabela, también lagunero, de Cuencamé, Dgo.
Otra anécdota que describe la solidaridad que “Zacatillo” tuvo siempre con sus jugadores, nos la platicó el gomezpalatino Juan Manuel Salinas, quien formando parte del equipo Salvatierra, en la desaparecida Liga del Bajío, y bajo las órdenes de “Zacatillo”, Salinas confesó que por diversos motivos, el club no les había pagado sus sueldos durante un periodo ya considerable, y el mismísimo José Guerrero Cano subió a las tribunas a “pasar la cachucha” con todos los aficionados, que voluntariamente depositaban su aportación monetaria, para apoyar de alguna manera, a que las necesidades económicas de los peloteros fueran cubiertas.
Don José “Zacatillo” Guerrero fue un manejador amante de la disciplina en los clubes que le tocó dirigir, y algunos peloteros estrellas del circuito veraniego sufrieron las consecuencias de las medidas adoptadas por el originario de Torreón, Coahuila, cuando las faltas así lo ameritaban, y entre ellos destaca el entonces serpentinero estelar de los Indios de Ciudad Juárez, Rafael García, así como Porfirio Gutiérrez, y el también inmortal Antonio Pollorena, entre otros.
Otra situación en la que salió a relucir el grado de compañerismo con sus discípulos, sin perder su autoridad, ocurrió en la temporada de 1979, cuando al equipo de Ciudad Juárez llegó ya avanzada la temporada un novato de nombre Teodoro Higuera. En esa campaña el equipo de los Indios cayó en la final ante los Ángeles de Puebla dirigidos por Jorge Fitch en serie que se prolongó hasta siete juegos. En virtud de que Teodoro no alcanzaba participación económica de la bolsa que se reparte entre ambos equipos, Don Pepe compartió de su gratificación al pitcher zurdo que llegaría a convertirse en la década de los 80,s en el pitcher estelar de los Cerveceros de Milwaukee.
La brillante carrera como dirigente de equipos en la Liga Mexicana de Verano, lo llevó a coronar en 1982 a los Indios de Ciudad Juárez, al barrer en 4 juegos a los orgullosos Tigres Capitalinos, y en 1989 hizo campeones a los Tecolotes de los 2 Laredos, que se impusieron a los Leones de Yucatán en 6 juegos.
En el Invierno, dirigió a los Algodoneros de Guasave, Potros de Tijuana, Águilas de Mexicali y Yaquis de Obregón. además de participar también como manager en otras Ligas de prestigio como:, la Invernal Veracruzana; en la Liga del Bajío; en la Liga Central, y en la Mayor de la Laguna, entre otras.
Por todo lo anotado anteriormente, “Zacatillo” Guerrero se ubica como el manager con el récord de más juegos ganados en la historia de la Liga Mexicana de Verano, con 3,707 juegos; 1976 triunfos, 1702 derrotas y 29 empates, que aunados a su destacada trayectoria como pelotero activo, lo llevaron a ser entronizado en el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, el año de 1989.
Al margen de su brillante desempeño dentro del beisbol profesional, “Zacatillo” es recordado con mucho cariño por su familia, como un inigualable ser humano, que siempre apoyó incondicionalmente a sus hermanos, sobrinos, nietos, y desde luego a su esposa la señora Elvira Muñoz Grijalva, sus hijas Ileana y Marcela, así como a su hijo Héctor, a quien transmitió muchos de los conocimientos sobre el Rey de los Deportes, mismos que lo llevaron ya a lograr un campeonato en la fuerte Liga de Chihuahua, y quien tal vez, en un corto plazo pudiera formar parte del cuerpo técnico de los Algodoneros de Unión Laguna.