EDITORIAL COLUMNAS editorial Caricatura editorial

Jorge Volpi

Hegemonía

JORGE VOLPI

Alo largo de la mayor parte del siglo XX, un solo partido controló el Estado mexicano. Los tres poderes seguían fielmente sus dictados y en la práctica ninguna institución pública le era ajena. Se permitía la existencia de la oposición, pero por mucho tiempo su papel fue simbólico: el régimen había construido un discurso que lo identificaba con la nación y con el "pueblo", de modo que cualquiera que se saliese de sus parámetros era fácilmente descalificable: sus intereses eran por fuerza espurios, contrarios a las mayorías. Para acentuar la idea de pluralidad, el sistema contaba asimismo con pequeños partidos satélite, en ocasiones más vehementes y radicales, siempre dóciles: otro hábil artificio para acentuar la ficción democrática.

En pleno siglo XXI, tras décadas de luchas para desmantelar poco a poco este modelo, México vuelve a él. Resultaría obsceno no señalar las diferencias: además de hegemónico, el régimen de la Revolución era brutalmente autoritario y no tuvo empacho en valerse del fraude, la intimidación, la extorsión y la violencia. No deja de ser una de nuestras paradojas -por otro lado, reiterada en todas partes- que buena parte de quienes se batieron para arrebatarle esa hegemonía, así como sus herederos ideológicos, sean quienes hoy se muestran más empeñados en reconstruirla.

Así como el régimen de la Revolución se asumía como continuador único de la Independencia y la Reforma, la 4T se presenta ahora como la solitaria reencarnación de estos movimientos y, al hacerlo, ha renovado la mayor parte de sus prácticas. A partir de esta semana, domina por completo los tres poderes y cada una de las instituciones del Estado, cuya autonomía ha erosionado o cancelado. La oposición existe, pero su merecido desprestigio luego de tres gobiernos catastróficos, la vuelve irrelevante. De forma más notable, la 4T se ha adueñado del discurso: todo lo que no se inserta en sus márgenes se considera contrario al "pueblo". Como tantos movimientos populistas, la Transformación es nostálgica: solo se puede avanzar si se vuelve atrás.

Sin duda existe legitimidad democrática en su llegada al poder, como la tuvo en su momento el régimen de la Revolución, y tampoco pueden negarse sin más sus logros: la disminución de la pobreza también fue una de las bazas que apuntaló al PRI en los cincuenta y sesenta del siglo pasado. Sin embargo, igual que entonces han venido acompañados de una concentración del poder cada vez más extrema. Todo indica que la próxima reforma electoral, diseñada desde adentro, por primera vez sin la intervención de la oposición, diseñará mecanismos que harán más difícil que esta recupere espacios. Provista con una popularidad inmensa, derivada de la herencia de López Obrador, la propia personalidad de la presidenta y su acertada estrategia pública frente a Trump, no parece que la 4T vaya a tener muchos obstáculos para lograr sus objetivos.

La hegemonía, sin embargo -sería tiempo de aprender algo de la historia-, genera sus propios riesgos. Cuando la repartición del poder político se juega solo en el interior del "movimiento", las confrontaciones se aceleran. La corrupción, por su parte, se normaliza: sabiéndose bajo el manto protector del sistema, sus miembros cada vez velarán más por sus propios intereses. Pese a las arengas de limpieza -no somos iguales-, se vuelve cada vez más difícil castigar a las ovejas negras: los movimientos jamás les conceden esos triunfos a sus rivales.

Todo esto ya lo estamos viendo: la 4T muestra ya sus grietas, garantiza impunidad a cambio de lealtad, muchos se sienten autorizados a administrar su inmenso poder en su propio beneficio. De poco sirven los baños de pureza y volver a ensañarse con la magra oposición cada vez funciona menos como excusa. Recordemos para terminar, mientras se diseña la nueva reforma electoral, que el fin de la hegemonía del régimen de la Revolución comenzó justo cuando sus achacosos partidos satélite se prestaron a dividirlo, abriéndole un lugar a su Corriente Democrática: el origen, hoy un tanto olvidado, de la Cuarta Transformación.

Leer más de EDITORIAL / Siglo plus

Escrito en: Jorge Volpi

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2410401

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx