“La importancia que tenga para nosotros un valor en relación con otros, suele influir en la forma en que nos comportamos en una situación determinada”. WAYNE D. HOYER
El estudio de Gallup “Valores y creencias de los estadounidenses”, elaborado por Megan Brenan y publicado en mayo de 2025, analizó 20 aspectos de la moral privada y la percepción de su grado de aceptación en distintos segmentos de la población. Para ello, los participantes se clasificaron en tres rangos de edad: de 18 a 34 años, de 35 a 54, y mayores de 55.
Estos rangos etarios agrupan a diferentes generaciones. El primero incluye a miembros de la Generación Z y a los millennials; el segundo integra a los millennials de mayor edad junto con la Generación X; mientras que el tercero corresponde a integrantes de la Generación X y de los baby boomers.
Si bien la investigación se realizó en Estados Unidos, cabe señalar que las generaciones más jóvenes, particularmente los millennials y la Generación Z, han estado influidas por modas y tendencias globalizadas a través de internet y las redes sociales. Este fenómeno, denominado coloquialmente “el adolescente global”, se manifiesta en que jóvenes de distintas nacionalidades adoptan estilos de vestimenta y aspiraciones similares. En este sentido, es razonable suponer que, en México, los comportamientos de estas generaciones presentan rasgos comparables.
Los resultados del análisis estadístico muestran que, en el límite superior de aceptación moral, los tres grupos de edad coincidieron en considerar el control de la natalidad y el divorcio como prácticas moralmente aceptables, con porcentajes mayores al 70%. En contraste, los participantes de 18 a 34 años incluyeron también en ese límite superior con porcentajes mayores al 70% el vivir en unión libre y las relaciones con parejas del mismo sexo.
Este contraste, en lo que cada generación considera moralmente aceptable, refleja un cambio de paradigma intergeneracional. Como señala Frank Newport: “Ciertos cambios del mundo real, como la disminución de las tasas de matrimonio y natalidad, son claramente medibles, y es razonable suponer que los cambios en las expectativas normativas sobre el comportamiento sexual y el matrimonio son parte de esos cambios”.
Tomas.delbosque@iberotorreon.mx