Tan lejos tan cerca, es una película de Wim Wenders, que nos presenta a un grupo de ángeles tras la caída del muro de Berlín, y explora las fronteras entre lo visible y lo invisible, lo cercano y lo lejano. Es una película extraordinaria, multipremiada, que se puede transpolar a diferentes contextos.
Con este juego de palabras e ideas, podemos explicar el contexto de la migración cultural en el mundo; pues cuando alguien migra, no solo cambia de país sino también de rutinas, de paisajes, de clima y probablemente de idioma. Sin embargo, muchas costumbres viajan con la persona y se mantienen vivas incluso después de décadas fuera.
Eso ocurre con numerosos laguneros que se han ido a otros lugares de México y del mundo. A pesar de la distancia, conservan prácticas que les recuerdan su origen. En pláticas con personas que han migrado aparece la idea constante "de seguir siendo lagunero aunque viva lejos". Lo dicen quienes usan la playera del Santos para ver los partidos -incluso cuando allá juegan a otras horas-, quienes preparan asado rojo o discada en un Independence Day; quienes escuchan música de grupos laguneros en el carro o en reuniones. No son actos extraordinarios, son expresiones claras de identidad en lo cotidiano.
Homi Bhabha explica la migración cultural con su concepto de "tercer espacio". No se refiere a un lugar físico, sino a una situación en la que la persona combina elementos de su cultura de origen con los del lugar donde ahora vive. En ese espacio, la identidad no se pierde ni se reemplaza, solo se adapta.
La vida cotidiana de los migrantes muestra cómo las identidades pueden mantenerse y transformarse al mismo tiempo. La comida regional se ajusta a lo que hay disponible en los supermercados. Las fiestas o tradiciones cambian de formato, pero no desaparecen. Las redes sociales permiten que la distancia sea más llevadera y que la conexión con La Laguna no dependa del territorio físico; un ejemplo que llama la atención son los constantes saludos desde otras latitudes en noticieros locales, como el de Marcela Pámanes y Manuel Serrato, que se transmite en vivo desde face.
En muchas familias, los hijos que ya nacieron fuera también aprenden parte de esa identidad. A lo mejor no conocen Torreón, Matamoros o Gómez Palacio, pero sí saben qué es una discada o se emocionan cuando el Santos gana. No es una copia exacta de la identidad original, pero sí una continuidad que se construye en las nuevas condiciones.
En México todos tenemos un familiar tan lejos, tan cerca de nosotros. Así viven muchos migrantes, combinando sus recuerdos con su vida presente y encontrando otra forma de estar en el "tercer espacio".
