ntes podía llevar a mi casa ropa para mis hijos, podía comprar herramientas para el arado, teníamos algo de ganancia para comer. Ahora tenemos tres años padeciéndola, perdiendo dinero, invirtiendo para alimentar a otros. Ya estuvo". Esas son las palabras de "El matemático", uno de los productores de maíz de Michoacán que encabezó la protesta nacional de esta semana. A la par fue uno de los líderes que se sentó a la mesa con el secretario de agricultura federal, Julio Berdegué. En un inicio había accedido a dar su nombre, pero por temor a represalias solicitó el anonimato.
El apodo viene por la cátedra que le da a funcionarios cada que hay reunión y les expone la problemática. Para él, los 950 pesos extra por tonelada de maíz que dará el gobierno son insuficientes. Estaba en desacuerdo con los bloqueos a las carreteras que afectaron a millones de personas. Él más bien era de la idea de tomar casetas, pero para permitir el paso libre, sin afectar a otros ciudadanos que, además, han sido empáticos como con ningún otro movimiento en años recientes. De hecho, me confesó que le había huido a la prensa para evitar el tema. Como habitante de Michoacán, dominaba la importancia de no afectar a un estado que sobrevive turísticamente en buena parte gracias a este fin de semana con la celebración de Día de Muertos.
Un año atrás, se reunió con Berdegué en una visita a parcelas cercanas al lago de Cuitzeo, Michoacán. Con su don, le explicó con matemáticas simples por qué ya no es negocio trabajar en el campo. El promedio nacional de hectáreas sembradas y cosechadas por campesino son cinco. Cada una da una media de 7.5 toneladas de maíz. Se necesita una inversión de 55 mil pesos por hectárea, sin considerar la renta. Al precio de 6 mil 50 pesos por tonelada que ofreció Berdegué resulta en 226 mil 875 pesos, lo que implica un déficit o pérdida de 48 mil pesos por siembra.
Cuando "El matemático" escuchó que la presidenta Sheinbaum dijo que había intereses políticos detrás de su movimiento, se formuló una pregunta. "¿Por qué mejor no nos dicen qué los lleva a hacerle el trabajo sucio a las harineras y a las empresas de la tortilla que traen 11 pesos de ganancia por cada kilo que procesan?" Una de las dueñas es muy aliada a la Presidenta, por cierto. Y "El matemático" vuelve a la carga: "La industria tiene productos con ganancias que insultan. Por ejemplo, una bolsa de Doritos Nacho, con maíz procesado, trae una ganancia de 2 mil 400 por ciento en bruto".
Para rematar y con una claridad única, el hombre que presume haber estudiado hasta la secundaria, resume: "No necesitamos programas sociales electoreros para votar por ellos. Yo les tengo uno más sencillo. Suban 2 pesos el kilo del maíz, a 9 mil 200 la tonelada. Con eso, 3.5 millones de campesinos, más esposas, saldríamos de la pobreza. Un total de 7 millones de personas". Y ya en tono irónico resalta el valor de los productos sociales. "Las caguamas valen 50 pesos, la Coca-Cola de 2 litros, 40 pesos. El día que cosechamos no puede ser el más triste de nuestra vida, al darnos cuenta que no nos va alcanzar para vivir y que ya nos volvimos a endeudar".
Si la Presidenta cree que los calmó y que además los puede desafiar, está muy equivocada.
Stent:
Entre los muchos que no quieren que regrese Álvarez Puga a México está Luis Rosendo Gutiérrez Romano, actual subsecretario de comercio exterior en Economía. Por años, fue la mano derecha del facturero número uno del país. Aparecía en la oficina de las Lomas, en la de Santa Fe. Siempre supo del teje y maneje. A lo mejor él les podría contar quienes desfilaban por ahí. O igual y ya le dio de esa amnesia que es pandemia en el régimen.
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