
La ilusión del compromiso laboral: cuando los líderes no escuchan lo que sus equipos sienten
En América Latina, una brecha silenciosa se abre cada día en los pasillos de las empresas: mientras el 63% de los líderes cree que sus equipos están plenamente comprometidos, solo el 41% de los colaboradores lo confirma. Esta diferencia no es solo un dato estadístico, sino un síntoma profundo de una desconexión emocional y estructural que amenaza la retención del talento, la productividad y la cultura organizacional.
Una reciente investigación global titulada “La ecuación profesional: lo que atrae al talento no es lo que lo retiene”, realizada por Right Management de ManpowerGroup, revela que las empresas están atrapadas en una ilusión de compromiso. Los líderes piensan que sus equipos están motivados, pero los datos cuentan otra historia: el 41% de los trabajadores se siente desmotivado y apenas el 37% afirma tener un compromiso total con su empleo.
El estudio pone en evidencia una verdad incómoda: lo que atrae al talento no es lo que lo mantiene. Aunque el salario y los beneficios siguen siendo factores clave para aceptar un puesto, los empleados que deciden quedarse lo hacen por razones más profundas: bienestar emocional, oportunidades de desarrollo profesional, una cultura organizacional saludable y un propósito claro.
Sin embargo, los líderes parecen no estar viendo el mismo panorama. A nivel mundial, solo el 24% reconoce la importancia de la cultura organizacional como motor de compromiso, y apenas el 19% menciona el desarrollo profesional como prioridad. Esta desconexión entre lo que se ofrece y lo que se necesita está generando un desgaste silencioso en las plantillas laborales.
José Luis Aguilera, Director de Talent Solutions Right Management de ManpowerGroup, lo resume con claridad: “La atracción y la retención no son sinónimos. El salario puede atraer, pero lo que realmente mantiene a las personas es el propósito, la oportunidad de crecer y sentirse parte de una cultura inclusiva.”
Las organizaciones que no prioricen estos aspectos corren el riesgo de perder a sus mejores talentos y, con ello, su ventaja competitiva. La falta de compromiso no solo afecta los resultados financieros, sino que erosiona el tejido humano de las empresas, generando ambientes laborales fríos, desconectados y poco sostenibles.
En un mundo laboral que cambia a velocidad vertiginosa, las empresas deben mirar más allá de los indicadores de desempeño y enfocarse en las personas. Escuchar, entender y actuar sobre las verdaderas necesidades de los colaboradores no es solo una estrategia de retención: es una responsabilidad social.
La ilusión del compromiso puede ser cómoda para los líderes, pero peligrosa para el futuro de las organizaciones. La solución no está en más beneficios materiales, sino en construir culturas laborales donde el desarrollo, el bienestar y el propósito sean parte del día a día.