La industria panificadora vive una de sus etapas más retadoras del año, y no solo por el impacto estacional que genera el calor en el consumo de pan. De acuerdo con Pedro Ávila Aguilera, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa), la contracción económica nacional ha agravado la situación del gremio, provocando una disminución en las ventas de hasta un 10 % adicional al descenso habitual por temporada.
“Sí hemos visto que la economía está prácticamente estancada. Todos los indicadores señalan nulo crecimiento, incluso algunos lo marcan en -0.03 %. Esto afecta directamente la liquidez y lo vemos reflejado en las ventas”, explicó.
La baja demanda ha hecho más evidente la dependencia temporal del sector hacia el flujo de programas sociales, pues durante las fechas en que se entregan apoyos gubernamentales, se registra un repunte en ventas. Sin embargo, conforme el dinero se agota, el consumo vuelve a caer.
“Lo que ha ayudado un poco al sector es cuando se entregan los programas sociales. Pero cuando se les termina el recurso a los beneficiarios, inmediatamente se refleja en nuestras ventas”, agregó.
Además de los factores internos, el presidente de Canainpa señaló que el tema de los aranceles impuestos por Estados Unidos también repercute en la economía mexicana, pues el encarecimiento de productos nacionales exportados al país vecino genera una reacción en cadena.
“Con aranceles más altos, los consumidores estadounidenses buscan otras opciones más baratas, lo que reduce nuestras exportaciones. Menos exportaciones significan menos empleos, menos inversión y menos circulante en México”, detalló.
La industria panificadora, aunque no directamente exportadora en gran escala, se ve afectada por el debilitamiento del entorno económico en general. La incertidumbre provocada por la posibilidad de nuevos aranceles ha frenado las inversiones, generando preocupación entre los industriales del sector.
Ávila también comentó sobre los aranceles que Estados Unidos impuso recientemente a productos brasileños, hasta un 50 %, lo cual podría abrir oportunidades para México como sustituto comercial.
“No nos da gusto que otros países sean afectados, pero en algún momento podríamos beneficiarnos al sustituir algunas exportaciones brasileñas que ahora son menos competitivas. Esto podría ser una ventana para el sector nacional”, dijo.
Ante este panorama, el representante empresarial expresó que es urgente que el Gobierno Federal aproveche los tres meses adicionales concedidos para negociar con Estados Unidos y evitar que se impongan nuevos aranceles a productos fuera del tratado comercial TMEC.
“La incertidumbre paraliza inversiones. Necesitamos estabilidad para que los empresarios se animen a invertir y generar empleo”, concluyó.

La industria panificadora enfrenta doble golpe: estancamiento económico y efectos estacionales reducen ventas