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La necesidad de un cambio de rumbo

JULIO FAESLER

Con más de un año como presidente de la República, las primeras acciones de la señora Sheinbaum confirman su meta de convertir a México en un régimen semi socialista con un fuerte carácter personalista, fiel a las enseñanzas de su mentor y antecesor López Obrador dentro de la llamada Cuarta Transformación.

El desorden que la administración anterior heredó a la actual se expresa en el culposo abandono en casi todos los campos, aunada a la rampante corrupción que, partiendo del círculo íntimo oficial, incluye también por obra y gracia a las organizaciones delictuosas y criminales que hoy son autoridad sin freno en casi el 70% de la superficie del territorio nacional.

Nuestros índices económicos y sociales se sumergen muy por debajo de los promedios internacionales. Sin duda que el índice de crecimiento del 0% actual que sufre la economía casera coincide con índices semejantes en otros países. Pero los males que sufrimos en México tienen que ver con las políticas de la llamada 4T que instauró López Obrador al ganar la Presidencia en 2018. Esta perspectiva aleja la posibilidad de que reemprendamos el camino hacia un desarrollo equilibrado y respetuoso de las libertades propias de un régimen democrático.

Las medidas tomadas en estos días como respuesta a los desastres recientes, son ejemplo de la poca previsión del gobierno que, para empeorar las cosas, ya no cuenta con el desaparecido fideicomiso destinado a atender desastres naturales y se exculpa de ello, con el consabido y trillado argumento de que se canceló porque era fuente de corrupción.

Se sufre por la inseguridad, baja calidad de alimentación, educación escasa, falta de empleo y las industrias pequeñas y medianas se reportan débiles y en crisis de desaparecer. La inflación junto con la informalidad laboral, se solapan con programas sociales a los que han acostumbrado a cientos de miles de beneficiados a percibirlos como permanentes, y por lo tanto, que pueden depender de ellos con toda normalidad, pero en realidad saben que tienen su lealtad electoral empeñada a Morena.

El gobierno usa su mayoría abusiva que se recetó en las dos Cámaras legislativas para pasar leyes que afectaron las funciones de los tres poderes de la federación. Con intenciones populistas debilitaron la composición de la Suprema Corte y atrofiaron las instituciones electorales creadas para defender los comicios reviviendo ahora los fraudes de antaño que ya se habían sepultado.

De continuar el país bajo la 4 T seguiremos perdiendo energías para recuperar el ritmo de desarrollo ya que hoy nos encontramos sumidos en el círculo vicioso de programas de salvamento al son de la retórica oficial que no puede sino aumentar.

Seguramente la presidenta Sheinbaum quiere ocupar un lugar preponderante en la historia, en vez de que se le atribuya el haber sumido al país en el lúgubre retraso de la oscuridad que nos augura de seguir los dictados de la 4T.

Es urgente por lo tanto, que se convenza que cambiar el rumbo es cuestión de aplicar fórmulas que han sido ensayadas con éxito en varios países cuyas características son análogas al nuestro. Existen sistemas exitosos diseñados para enderezar el rumbo de México y responder a las necesidades sociales del país con la aplicación de conceptos actualizados y ya experimentados en otras tierras.

El rescate del país tiene que ser emprendido supone tareas que se comparten equitativamente y donde el fisco juega un papel central como recaudador de los ingresos que requiere el Estado para funcionar y a la vez ser árbitro en la distribución vigilada de los gastos del gobierno en sus funciones de promotor del desarrollo económico y social de la República.

La sociedad mexicana contará con un gobierno organizado conforme a la división de poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El Ejecutivo aplicará anualmente el Presupuesto General de la Nación aprobado anualmente por el Poder Legislativo los ingresos obtenidos de los impuestos y demás ingresos en asignaciones definidas a cada rama para la atención de los servicios básicos de seguridad, alimentación, salud, educación y obra pública gratuitos para la ciudadanía.

Cambiar de rumbo también supone ponerle un alto a la corrupción con su hermana siamesa la impunidad que hoy se han convertido en el cáncer de nuestra sociedad. Y así la Presidente con este cambio de rumbo, tendrá un lugar brillante en la historia de México en este Siglo XXI, sirviendo también de ejemplo a otros países.

jfaesler@yahoo.com

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