La postemporada de Grandes Ligas suele durar alrededor de un mes. Concretamente la de este año, que arrancó el martes 30 de septiembre con las “series de comodines”, si la serie final, llamada Mundial (por la razón que se explicó aquí la semana antepasada) podría terminar entre ayer martes 28, si el equipo ganador llegara a “barrer” en cuatro juegos al rival, o el sábado 1 de noviembre si la Serie se extiende a siete juegos. En consecuencia, en 2025 la postemporada de MLB tendrá una duración de entre 29 y 32 días.
¿A qué viene lo anterior? A que es increíble el interés que la postemporada despierta entre el público. Son muchas las personas que aunque gustan del beisbol y conocen sus reglas básicas, la verdad sólo les llega el entusiasmo cuando inician los playoffs, interés que va en aumento hasta alcanzar su máximo en la Serie Mundial.
Forman también legión quienes tienen un gusto más bien remoto por el Deporte Rey, pero que están al pendiente de lo que ocurre durante octubre. Opinan, escuchan, algunos hasta discuten y tienen a la mano estadísticas y promedios, de los muchísimos que el beisbol genera, para apoyar sus puntos de vista.
Personas de esos perfiles algunas veces comentan que les sorprende la exactitud, perfección y belleza del beisbol. Es muy probable que supongan que este deporte se creó por generación espontánea, de la noche a la mañana. Incluso, no faltan quienes consideran que no pudo haber surgido del ingenio humano sino de algún ente superior, aun de la divinidad misma.
Pero no, fue invento del hombre, a través de un proceso de evolución en el tiempo por sucesivas aproximaciones a través del método de prueba y error. Hasta llegar a lo que es hoy. Van al canto algunos ejemplos de ese proceso evolutivo: Hasta el año 1856 el equipo que ganaba un juego era el que primero llevaba a home 21 carreras. A partir de 1857 triunfa el contendiente que anota más carreras en 9 innings.
Hasta 1876 se necesitaban 9 (nueve) bolas malas para que el bateador recibiera pasaporte a la inicial, y en caso de ser golpeado por un lanzamiento se contaba sólo como una bola mala. Cuatro años después, en 1880, se necesitaban ya únicamente 8 (ocho) lanzamientos fuera de la zona de strike para llegar a primera con boleto gratis.
Dos años después, en 1882, el número se redujo a 7 (siete) y luego en 1884 a cinco (5), hasta que finalmente en 1889 quedó - como es hasta ahora- en 4 (cuatro) bolas malas para llegar con pasaporte a la primera base.
Una importante regla relativa al pitcheo cambió en 1884, lo cual vino a revolucionar varios otros aspectos de cómo se juega el beisbol, que esperamos abordar con mayor detalle en otra ocasión. Sucede que hasta el año citado se les permitió a los pitchers hacer sus lanzamientos por arriba del brazo, porque hasta el año anterior (1883) debían soltar la pelota por debajo de la altura de las caderas.
Este tema es apasionante, extenso y guarda muchas sorpresas. Por lo pronto, este año hemos disfrutado de una gran postemporada. El solo juego del pasado viernes 17, el lanzado por Ohtani y ganado con su bate, permanecerá por siempre en el recuerdo de los aficionados.