No será fácil la revisión del tratado trilateral que nos une con Estados Unidos y Canadá. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, comenta que hay muchos detalles que atender que se han acumulado en el curso de los años transcurridos desde su creación en 1994 a los que se añaden los ajustes que el presidente Trump puso en marcha en su empeño por "hacer grande la América". Una de sus estrategias para ese fin han sido las repetidas y muchas veces contradictorias tandas de aranceles a las importaciones de países de toda clase decretadas en base a leyes antiguas incluso olvidadas aún aplicables.
La dinámica evolución del ahora llamado T-MEC confirmó la visión de Carlos Salinas de Gortari, que algunos atribuyen a conocidos líderes europeos, de aprovechar la privilegiada ubicación de nuestro país al lado del mercado más grande del mundo para realizar con dinamismo nuestro el desarrollo integral. Aliado de la economía más grande del mundo México pasó de atraer inversiones extranjeras con las que creció una industria competitiva con exportaciones relativamente modestas de 10 %a hasta la impresionante escala de ventas actuales que generan más del 80% del PIB ocupando el décimo quinto lugar mundial de exportación.
El resultado ha creado empleos para una fuerza de trabajo de más de 50 millones de individuos. Del mismo modo la producción industrial se dedica en un 90% a surtir el mercado de nuestro vecino al norte y como su principal proveedor por encima de China.
Es evidente que mientras sepamos cómo seguir aprovechando nuestra ventajosa ubicación podemos estar tranquilos. Desde luego, hay motivos de cuidado. Otros países compiten por penetrar el mercado norteamericano con capacidades comprobadas para hacerlo a precios inferiores a los nuestros, incluso a precios por debajo de los de producción mexicana. La cercanía geográfica al punto de venta no garantiza éxito. Por mucho tiempo China ha demostrado su capacidad competitiva pese a su gran distancia oceánica.
Hay otros factores que vuelven insegura la ventaja de cercanía. La eficiencia en métodos de producción es determinante. Otros elementos ya no de producción sino comerciales legales o no determinan el éxito en el terreno de ventas. Es en este ámbito de las estrategias comerciales en el campo real de la competencia es donde se triunfa.
El apoyo que un gobierno puede dar a un productor de artículos o servicios juegan un papel determinante. La manipulación de los aranceles de importación controla las condiciones de acceso del producto. Por otra parte, las reglamentaciones monetarias definen por otra fase las condiciones comerciales.
Hay un factor que precede a todos en importancia y que es el de la necesidad de todo país de proteger su soberanía en cuanto a libertad de decisiones sobre el uso de sus recursos, como evidentemente la seguridad de su dominio indiscutible sobre estos. Nuestro caso es evidente a la luz de la dependencia que tenemos de contar con un flujo sin interrupción de las inversiones que requerimos para complementar las nacionales a las del Gobierno. Las señales de este tiempo registran no solo bajas en las inversiones de dinero fresco sino la reinversión como fuente principal.
La fusión de empresas mexicanas con extranjeras es característica. Para algunos la soberanía abarca aceptablemente hasta las actividades más elementales de una comunidad en tanto que para otros es un tema altamente sensible. El rumbo del desarrollo socioeconómico y político está en juego en el tema del T-MEC e incluye la sensibilidad en materia de soberanía.
juliofelipefaesler@yahoo.com