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La vergonzosa ayuda de México a Cuba

ANDRÉS OPPENHEIMER

El presidente Trump ha calificado a la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum como "una mujer maravillosa" y la ha elogiado por su cooperación en materia de migración, drogas y seguridad. Sin embargo, misteriosamente, Trump no dice nada sobre el significativo aumento del apoyo de México a la dictadura cubana.

Sheinbaum ha triplicado los suministros de petróleo subsidiado a Cuba desde que asumió el cargo el año pasado, según un reporte del prestigioso grupo no gubernamental Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). (https://contralacorrupcion.mx/se-triplican-envios-de-petroleo-a-cuba-con-apoyo-de-barco-sancionado-por-eeuu/).

Entre mayo y agosto de 2025, México envió 3 mil millones de dólares en petróleo subsidiado a la isla, tres veces más que los mil millones de dólares enviados durante los dos años anteriores bajo el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, dice el informe.

Todos estos embarques fueron enviados a través de "Gasolina Bienestar", una subsidiaria del monopolio petrolero estatal mexicano Pemex. La subsidiaria fue creada por López Obrador en 2022 específicamente para enviar petróleo barato a Cuba.

Entre los barcos utilizados para las exportaciones de petróleo subsidiado a Cuba se encuentra el petrolero cubano 'Sandino', que figura en la lista negra del Tesoro de Estados Unidos por transportar petróleo de Venezuela a Cuba, según los registros de actividades navieras analizados?? por MCCI.

Vergonzosamente, Sheinbaum está enviando petróleo subsidiado a Cuba a pesar de que la petrolera estatal mexicana, Pemex, está en serios problemas financieros, y de que algunas partes de su propio país enfrentan escasez de gasolina.

¿Su justificación? La presidenta dijo en agosto que México estaba enviando el petróleo a Cuba "por razones humanitarias".

Verónica Ayala, autora del informe de MCCI, me comentó que "sabemos que existe una afinidad ideológica entre ambos gobiernos. Pero es difícil entender por qué México le está dando este tipo de apoyos a Cuba cuando Pemex está en números rojos y hay necesidades latentes en salud y educación".

Esa no fue la única muestra reciente del apoyo de Sheinbaum a las dictaduras de izquierda de la región. El 13 de octubre, la presidenta de México anunció que no asistirá a la próxima Cumbre de las Américas en protesta por la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

República Dominicana, que será la sede de la mayor reunión de jefes de Estado del hemisferio a principios de diciembre, ha excluido a las tres dictaduras de la reunión. Esto sigue el precedente establecido por el expresidente estadounidense Joe Biden en una cumbre similar en 2022 en Los Ángeles, donde se negó a invitar a regímenes autoritarios.

"No, no voy a asistir", declaró Sheinbaum a la prensa. "Nunca estamos de acuerdo con que se excluya a ningún país".

Horas antes, Sheinbaum sorprendió a muchos al no felicitar a la líder opositora venezolana María Corina Machado por su Premio Nobel de la Paz. Cuando los periodistas le pidieron a Sheinbaum su reacción al premio de Machado, Sheinbaum respondió secamente: "Sin comentario".

Antes, Sheinbaum ya había dicho en su conferencia de prensa matutina del 17 de diciembre que Cuba, Venezuela y Nicaragua están entre "los gobiernos progresistas con los que tenemos muchas cosas en común", según la transcripción de sus palabras en el portal oficial del gobierno mexicano.

Hay varias posibles explicaciones para el apoyo cada vez más abierto de Sheinbaum a las dictaduras de izquierda.

La presidenta fue una activista de izquierda en su juventud, y es posible que aún tenga una visión romántica del régimen policíaco de Cuba.

Además, su apoyo a los regímenes de Cuba y Venezuela puede ser una forma de compensar su creciente cooperación con Trump en temas de inmigración, drogas y seguridad. Su predecesor y mentor político, López Obrador, y el ala izquierda del partido oficialista Morena no están nada felices con lo que muchos ven como una sumisión de Mexico a las presiones estadounidenses.

La razón oficial del Gobierno de Sheinbaum -que tiene el deber constitucional de apoyar el principio de autodeterminación de los pueblos- es la excusa más débil de todas.

Si bien la Constitución mexicana, en su artículo 89, consagra el principio de la no intervención en los asuntos internos de otros países, establece en el mismo párrafo que México debe defender y promover los derechos humanos.

En ese sentido, habría que hacerle notar a Sheinbaum que subsidiar al decrépito régimen cubano y no concurrir a la Cumbre de las Américas en solidaridad con las dictaduras más brutales de la región es una traición al compromiso constitucional de México con los derechos humanos. Lamentablemente, ni Trump le está recordando eso.

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