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Recuerdos de una vida olvidable

La vida es puro cuento

MANUEL RIVERA

Si tuviera que definir mi percepción de los tiempos actuales reconocería a esta época como la del reino de la confusión, pues en ella parece esfumarse la frontera entre lo falso y real.

Más allá de la inteligencia artificial para que algunos hombres diseñen "la verdad" o evadan la tarea de pensar, las fuerzas controladoras de la sociedad se apropian de lo verdadero y de lo que "deben" o no conocer los sometidos.

Lo "bueno" y lo "malo" surgen así como polos sin espectro o gradación entre ellos, cimentando en la fragilidad del sofisma discursos de fe, más que de ideologías, adjudicando cada bando a su conveniencia la propiedad de lo generoso y malicioso, sin pudor alguno por la ausencia de la autocrítica.

Y si la realidad se sirve a la carta, ¿por qué no traigo de nuevo a la luz el monólogo que hace algunos meses creó mi mente, para que con este otros hombres conformen verdades o mentiras a su gusto sobre un tema aún de actualidad?

Me acojo entonces a la licencia de la época:

"Imagina dónde me encuentro y aprovecha la ocasión para diseñar mi eternidad. Pide que te ayude y hazme sentir todopoderoso de nuevo abriéndote la puerta de mi pensamiento postrero, guía para que tu cabeza dibuje mi morada permanente.

"Me veo rodeado de selva, mientras mis enemigos me creen en medio de las llamas del infierno y mis fieles imaginan en la Gloria hablando de Señor a Señor. Poco debería importarme ser diabólico para algunos, cuando para muchos soy divino, pues a final de cuentas ambos son atributos inseparables de los seres humanos.

"¿Qué causará más dolor: el recuerdo del poder absoluto o la imposibilidad de convencer por qué se gobernó de esa manera?

"¿Alguien tendrá piedad por el hombre público que vive la tragedia de aceptar en soledad que es el único individuo a quien no puede engañar? La mentira que repite el hombre se convierte en veneno que él mismo se inocula y destruye su percepción de la verdad. Sin embargo, si el engaño mata, soy un mártir, no un embustero.

"Regresar la esperanza a un pueblo, dar cauce en paz a sus resentimientos y construir enemigos de papel para que los destruya sin armas, ¿no es suficiente siquiera para beatificarme? Cualquiera puede masacrar o encerrar a la bestia herida, pero pocos pueden darle una causa que la distraiga, convierta en inofensiva y haga que lama la mano de su domador.

"Levanté a muchos pobres sin derribar a los pocos ricos, mantuve la estabilidad del sistema prometiendo transformarlo y gané tiempo a la realidad para entregárselo a la ilusión.

"¿Actué mal? Que respondan los millones que aclamaron mi continuidad en el poder, ajenos a las cuantas realidades y muchas calumnias de mis adversarios.

"Condenar a un gobernante sin tomar en cuenta sus circunstancias, equivale a sentenciar a un ave por no volar en el vacío. El momento en el que viven los hombres es la materia prima para construir su legado.

"No, no espero disculpa alguna de quienes me atacaron, aunque quizá ellos sí aguardan mi agradecimiento por haber participado con su banalidad y soberbia en el juego al que los invité sin que se dieran cuenta.

"En cambio, deseo que permanezcan el recuerdo de mi ser en aquellos a los que sigo haciendo falta y el encono de quienes en su vida quisieron mi muerte. Pude parecer, y hasta querer ser ángel sin alas, pero, al fin humano, saberme en la mente de los demás consuela mi soledad y reconocerme beligerante prueba que existí.

"Gracias por dibujar el sitio que ocupo, ¿o gracias a mí por permitírtelo? Finalmente, en la tierra o en el cielo, para la historia siempre seré presidente".

riverayasociados@hotmail.com

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