“Todas estas personas han sido destruidas por explosión sin que supiéramos sus nombres”, Senador Rand Paul
En un punto estoy de acuerdo hoy con la presidenta Sheinbaum. Ayer expresó su rechazo a los ataques con misiles que el gobierno de Estados Unidos está realizando en contra de lanchas que salen de Venezuela o Colombia y que, según Washington, transportan droga. "Obviamente nosotros no estamos de acuerdo -dijo--. Hay, pues, leyes internacionales de cómo tiene que operarse frente a un presunto transporte de droga de manera ilegal o de armas en aguas internacionales, y así lo hemos manifestado al gobierno de Estados Unidos y públicamente".
El problema es que no sabemos realmente si esas embarcaciones llevaban droga. Las autoridades estadounidenses no han mostrado ninguna prueba, simplemente han lanzado proyectiles que las han destruido y matado a los ocupantes. Cuando menos 37 personas han fallecido en estos ataques no provocados.
Las imágenes que Washington ha difundido muestran lanchas pequeñas, con motores fuera de borda, que no tienen capacidad de hacer el largo viaje desde Venezuela o Colombia hasta Estados Unidos. No descarto que algunas puedan haber llevado drogas, pero no hay pruebas. Colombia ha sido tradicionalmente un país productor de cocaína, el cual ha exportado a través de México, y no directamente por mar, debido a la lejanía, pero Venezuela no es realmente productor de estupefacientes. No hay indicios, por otra parte, de que ninguno de los dos países produzca fentanilo.
El senador republicano de Kentucky Rand Paul ha señalado: "Por décadas o siglos, cuando detienes a gente en el mar, ya sea en aguas internacionales o en las propias, les anuncias que vas a abordar el barco y que estás buscando contrabando o drogas. Esto pasa todos los días en aguas cercanas a Miami. Pero sabemos, por las estadísticas de la Guardia Costera, que alrededor de 25 por ciento de las veces que se aborda un barco no hay drogas. Nuestra política ahora de destruir cada embarcación de la que sospechamos o que acusamos de transportar drogas nos daría una extraña situación en la que 25 por ciento de la gente pudiera ser inocente".
En contraste con el tema anterior, no estoy acuerdo con la política de la presidenta Sheinbaum de enviar barcos con combustibles a la dictadura cubana. La mandataria declaró el 16 de octubre que el combustible no se está regalando, sino que "es compra de combustible, como compran otros países". Sin embargo, de inmediato añadió que "la ayuda humanitaria, en cualquier caso, México siempre la va a dar. a Cuba y a otros países que lo necesiten, esa es nuestra esencia, el humanismo, siempre". Entonces, ¿son compras o es ayuda?
La presidenta evitó, como hasta ahora, ofrecer cifras específicas de cuánto combustible se está vendiendo a Cuba y a qué precios o en qué términos. De hecho, no sabemos si Cuba está pagando o no. Según Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), entre mayo y agosto de este 2025 se hicieron 58 envíos de diésel, gasolina y petróleo mexicanos a Cuba. No hay indicios de que sean ventas comerciales. El gobierno creó Gasolinas Bienestar en 2022 para enviar estos productos a la isla, pero la empresa ha registrado pérdidas. Pemex las absorbe, lo cual quiere decir que la factura la cubrimos los mexicanos.
No solo nos está costando dinero entregar estos combustibles a Cuba, las operaciones también generan un potencial conflicto con Washington en el peor momento posible. ¿Cómo podemos exigir un acuerdo comercial justo cuando estamos subsidiando a una dictadura que además es enemiga declarada de Estados Unidos?
REGALAR LIBROS
¿Para qué pagamos impuestos los mexicanos? Para regalar 2.5 millones de libros en América Latina. Ayer en la mañanera Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica, declaró: Será la "operación más grande, yo diría a nivel universal, de fomento a la lectura". ¿No podríamos mejor concentrarnos en México?
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