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Las peligrosas fanfarronadas de Trump y Maduro

RAÚL RODRÍGUEZ CORTÉS

La información y la advertencia le fueron transmitidas en Washington al canciller Juan Ramón de la Fuente directamente por el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio: la escalada militar contra Venezuela se va a intensificar en los próximos días, por lo que es mejor que México marque distancia con el gobierno de Nicolás Maduro.

Fuentes de la embajada mexicana en la capital estadounidense y de la Subsecretaría para América del Norte de Relaciones Exteriores explicaron que la crisis con Venezuela fue un tema crucial en el encuentro que sostuvieron De la Fuente y Rubio el pasado miércoles 15 de octubre en el Departamento de Estado, cinco días después de que la presidenta Claudia Sheinbaum no comentara para bien ni para mal ("sin comentarios", dijo) la entrega del Premio Nobel de la Paz a la opositora venezolana María Corina Machado, lo que fue interpretado por la Casa Blanca y el conservadurismo local como una posición de apoyo al régimen venezolano.

Ese mismo miércoles 15 de octubre, Washington había informado que su presidente Donald Trump autorizó a la CIA llevar a cabo operaciones encubiertas contra Venezuela que abrirían la puerta a ataques terrestres una vez que se ha consolidado su despliegue militar en aguas del Caribe.

Al día siguiente, jueves 16 de octubre, las fragatas estadounidenses hundieron ahora un presunto narco submarino, acción que se sumó a la anterior destrucción de otras seis pequeñas embarcaciones con saldo de 27 muertos y que, al anunciarla, Trump la acompañó de la agresiva declaración de que destruirá al narco cártel de Los Soles que según él encabeza Maduro, quien de acuerdo con el mandatario estadounidense le "ha ofrecido" de todo (incluso petróleo) para evitar una guerra con Estados Unidos.

En esa línea narrativa, el periódico Miami Herald aseguró que ya se negociaba la salida de Maduro con la vicepresidenta Delcy Rodríguez, lo que ella desmintió vía sus redes sociales.

Maduro, ciertamente, menciona reiteradamente lo innecesario de una guerra, pero no cuida un tono en inglés que sí deja ver una gran ignorancia del idioma, pero también su intención de burlarse.

En la reunión De la Fuente-Rubio, primera de seguimiento de los acuerdos bilaterales en seguridad pactados durante la primera visita oficial a nuestro país del secretario de Estado norteamericano el pasado 2 de septiembre, México mantuvo su posición neutral respecto a la crisis de Venezuela.

Para movilizar el respaldo del derecho internacional en defensa de su soberanía, nuestro país ha sostenido como principios constitucionales de política exterior la no intervención, la solución pacífica de las controversias, la autodeterminación de los pueblos, la proscripción del uso de la fuerza, la igualdad jurídica de los Estados y la cooperación internacional para la paz y el desarrollo.

Reivindica tales principios como una especie de blindaje porque a lo largo de nuestra historia su violación nos ha hecho víctimas de intervenciones militares extranjeras.

Suma a esos principios los de la Doctrina Estrada que establece que México no reconoce ni desconoce gobiernos (incluso los llegados al poder por medios no constitucionales); simplemente se limita a mantener o retirar a sus agentes diplomáticos.

Ahí es donde debe encontrarse el por qué al "sin comentarios" de la presidenta Sheinbaum, en medio de las muchas y peligrosas fanfarronadas de Trump y Maduro.

rrodriguezangular@hotmail.com

@RaulRodriguezC

raulrodriguezcortes.com.mx

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