
Literatura nacida en reclusión forzada
En Brasil, los reclusos en centros penitenciarios pueden reducir 48 días de cada año de su condena si leen 12 libros anuales. Es una medida que eleva la educación de los prisioneros y que mitiga el sobrecupo en las cárceles. Por supuesto, deben presentar una reseña por libro leído, la cual es revisada por expertos designados por instancias gubernamentales. Leer un libro por mes mejora la actitud de los reos y facilita su reinserción social. Sin duda, la lectura ha tornado menos lóbrega la reclusión de varios presos.
Es de notarse, además, que obras maestras de la literatura fuesen escritas en cárceles o en lugares de cautiverio. Es de sobra conocido que parte relevante de la novela Don Quijote de la Mancha surgió en una prisión sevillana en la que Cervantes estuvo recluido por entregar malas cuentas de su empleo como recaudador de impuestos, pero es un hecho que hay muchas más obras concebidas en situaciones similares.
Miguel Hernández escribió El Cancionero y romancero de ausencias tras ser condenado a 30 años de prisión al término de la guerra civil española. A Hernández, por haber militado en el bando republicano, la dictadura franquista lo detestaba, pero no se atrevió a privarle de la vida, porque ya era un poeta muy reconocido. El romancero, en que llora la muerte de su primogénito y comunica las inquietudes que le genera el nacimiento de su segundo hijo en una España de horizontes oscuros por el falangismo, se volveríaun elocuente testimonio que marcaría hitos en la evolución de la poesía ibérica y daría más prestigio a su autor.
En una época de grandes rivalidades entre las órdenes religiosas, Fray Luis de León, religioso agustino encarcelado por la Inquisición (predominantemente dominica) durante cuatro años por traducir La Biblia del latín al español sin contar con autorización eclesiástica, encontró inspiración para escribir De los nombres de Cristo, obra que expresa con proverbial belleza los significados de los diversos nombres que se dan a Jesús en La Biblia.
Aunque El Lazarillo de Tormes es una obra considerada de autoría anónima, hay varios estudiosos que piensan que Diego Hurtado de Mendoza fue quien la escribió. Este hombre, encarcelado por irregularidades financieras en su cargo de gobernador de Siena, acabaría siendo desterrado por Felipe II, pero fue en la prisión de la Mota donde concibió al pícaro más memorable y divertido de la literatura española. Y siendo el autor una persona non grata al rey, se entiende que El Lazarillo se publicara como libro anónimo.
Oscar Wilde, tras ser el escritor más notable de la Gran Bretaña, fue encarcelado por los delitos de perversión y sodomía. Sus amores homosexuales con Lord Alfred Douglas, hijo del influyente marqués de Queensberry, fueron condenados por la despiadada sociedad victoriana. En una mazmorra, Wilde escribe De profundis, desgarrador texto en que reflexiona en torno al amor cuyo nombre no se atreve a pronunciar. De profundis revela un alma llena de obsesiones. La genialidad y la cultura superior de Wilde refulgen en este escrito del ocaso de su vida.
El explorador veneciano Marco Polo, al retornar a Italia, en plena guerra entre Génova y Venecia, fue hecho prisionero por tropas genovesas. Tendrá como compañero de celda al amanuense Rustichello da Pisa, quien le pide que le relate sus viajes. Marco Polo accede y Rustichello transcribe Los viajes de Marco Polo, libro ameno que revela a los europeos la asombrosa manera de vivir de naciones del extremo oriente, principalmente China, en la época del emperador mongol Kublai Kan.
Los Cuadernos de la cárcel, de Antonio Gramsci, revelan la visión del mundo de uno de los mayores teóricos políticos del siglo XX. Condenado a cadena perpetua por los fascistas del régimen de Mussolini, el marxista Gramsci —que había porfiado por la unión de los obreros del norte de Italia con los campesinos del sur— siguió animando e inspirando con sus escritos a trabajadores que aspiraban a una sociedad más justa, libre y solidaria. Bien podría decirse que esos libros nacidos en reclusión forzada son brillantes manifiestos libertarios.
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