En el mundo jurídico, desde hace siglos existen los llamados “Colegios de Abogados”, organizaciones que se encuentran conformadas por profesionales del Derecho, que radican en una determinada ciudad, y que deciden agruparse para su defensa y preparación académica, por lo que la gran mayoría de ellos constituyen una sociedad civil para tal fin. A continuación, de una manera breve, daremos a conocer el origen de los Colegios de Abogados en el mundo entero y desde luego, en nuestro México y la gran ciudad de Torreón.
El emperador romano Justiniano, fue quien creó el “Collegium Togatorum”, esto en el año 359 en el imperio romano, el cual estableció una serie de reglas, tal y como fue que “exclusivamente quienes pertenecieran al Collegium Togatorum, estaban autorizados a practicar la abogacía”. Los profesionales del Derecho eran sujetos de suspensión o privación del ejercicio de la abogacía, si incurrían en alguna falta leve o grave, según el caso.
En Francia, la abogacía tomó carta de naturalización en tal nación al nacer ésta, después de la dominación romana sobre la Galia, y la misma se decía que la Galia era “La madre nutricia de los abogados”, dictándose una capitular en la que se dijo que la Galia era la “madre nutricia de los abogados“, dándose a las organizaciones de abogados el nombre de “órdenes”, siendo en un principio el decano de los abogados y después el llamado “bastonero“, quienes presidieron “la orden de abogados” y hasta el siglo XV, cuando los abogados en general fueron incluidos como miembros activos de la orden. En el año de 1790 fueron prohibidas las órdenes de abogados en Francia, hasta el año de 1810, cuando Robespierre autorizó de nueva cuenta su funcionamiento.
En la nación española, los colegios de abogados surgieron con un profundo sentido religioso, pues desde sus comienzos estaban bajo el amparo y protección de la “Virgen María”, siendo la colegiación obligatoria, esta disposición varió según las visiones políticas que se dieron en la nación española, siendo necesario que se dé a conocer que los colegios de abogados que se establecieron en dominio de la corona española, recibieron una gran y definitiva influencia de los colegios que primeramente se establecieron en la península ibérica, influencia que perduró hasta el momento que las naciones americanas lograron su total independencia de la corona española.
En Norteamérica, los colegios de abogados se originan desde el año de 1870 en Nueva York, bajo el nombre de Barras, los cuales son plenamente reconocidos por el estado y se convierten en sus coadyuvantes, siendo necesario puntualizar que los profesionales del derecho de Norteamérica deben de aprobar un examen de Barra para estar autorizados a ejercer en los tribunales.
(Continuará)