Madre cumple cuatro años de no saber nada de su bebé

“Mamá no se rinde, mamá siempre va a luchar por él”, es el mensaje que Yamilet Meraz envía a su pequeño Leonel, quien le fuera arrebatado de sus brazos un 24 de octubre del 2021 en el municipio de Gómez Palacio, tras acusarla de violencia familiar en contra de su entonces pareja y padre de su hijo. Desde entonces desconoce dónde, cómo y con quién se encuentra su hijo.

A cuatro años de luchar en contra de un sistema de justicia que pareciera jugarle en contra, la joven madre recuerda como si hubiera sido ayer, esos últimos momentos que estuvo con su hijo Leonel, de entonces un año y nueve meses edad.

Recuerda que para entonces ya tenía cinco meses de haberse separado de su expareja por violencia familiar, con quien vivía en el municipio de Santa María del Oro, Durango, por lo que regresó a casa en Gómez Palacio.

Tenía siete meses de embarazo de su segundo hijo cuando un grupo numeroso de policías de la Vicefiscalía de Justicia, entre ellos solo una mujer, realizó su detención a las afueras de una farmacia, cuando todo sucedió. Con insultos, agresiones e incluso golpes, que recibió pese a su evidente estado de gestación, fue como le quitaron a su pequeño de sus brazos.

“Me empiezan a golpear y es de manera que yo lo suelto. Me lo arrancan de mis brazos. Con ellos venían mi agresor. Eran como 10 agentes, entre ellos una mujer que fue la que me lo arrancó y se lo entregó a mi agresor”, compartió.

Dos delitos eran los que le imputaban: retención y sustracción, así como violencia familiar. 

“Según, el señor que es 20 años mayor que yo, con dos antecedentes penales, sufría violencia familiar conmigo”, explicó.

De acuerdo con Yamilet, fue una perito en psicología de la Vicefiscalía, la que determinó que su agresor estaba afectado psicológicamente por sus agresiones.

La suben a las unidades y al llegar a la Vicefiscalía le dicen que tiene derecho a una llamada, por lo que se comunica con su papá, quien es de la tercera edad, diabético, y quien se vio sorprendida al verla tras rejas con una serie de golpes en su cuerpo.

Debido a que su pequeño aun era lactante, y no dejaba de llorar, Yamilet lo amamantó en ese lugar, para después quitárselo. 

“Para mi hijo era un completo desconocido porque hacía cinco meses que había salido de Santa María huyendo”.

En su recuento, comparte que a las 4:00 horas del día siguiente, celebran audiencia de formulación de imputación en su contra. Para entonces se pidió que se le enviara al Cereso, ante el riesgo de que escapara y se robara a su hijo “nuevamente”. Pero un sangrado provocado por los golpes que recibió, poniendo en riesgo su vida y la de su bebé en su vientre, por lo que permaneció en el municipio.

“Y el magistrado que regresó de Durango, Álvaro Martínez, fue quien celebró dicha audiencia y está por resolver una sentencia que tengo con él y temo que la dicte a favor de mi agresor”.

Además, denunció que esa noche, no contaban con una orden de protección para retirarle a su hijo, “y a esa hora, Jesús Alvarado, la dicta. A esa hora va al centro de Justicia (para niños, niñas y adolescentes) y dice ‘y se dicta el aseguramiento del menor, que se le sea retirado a la mamá’”. Hecho por el que considera que su hijo le fue retirado de forma ilegal, puesto que ella contaba con la guardia y custodia de su pequeño desde el 8 de marzo del 2021.

“Ha sido un camino muy largo el que he tenido que recorrer, muchas puertas que tocar y hasta ahorita no he encontrado justicia ni para mi, ni para mi menor hijo”, dijo Yamilet, quien desde entonces no ha tenido contacto con él por lo que desconoce cómo se encuentra.

Pero su mayor temor, es que a cuatro años de estar separados, su hijo la olvide.