La capital española está de moda, especialmente entre los mexicanos y los habitantes de varios países latinoamericanos que han encontrado en esta metrópoli un lugar amigable y seguro para vivir.
No piense usted que esto se debe a que los ex presidentes mexicanos Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón residen en esta metrópoli desde hace varios años.
Tampoco a que Carlos Salinas de Gortari la utilizó de guarida durante un tiempo (antes de regresar a Dublín, Irlanda), al igual que el ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin.
Y menos a que la ex primera dama Beatriz Gutiérrez Müller haya solicitado recientemente la ciudadanía española con la aparente intención continuar aquí su trabajo como escritora e historiadora.
Madrid atrae a tantos paisanos por varias razones: en primer lugar porque ofrece facilidades para trabajar, invertir y socializar en un ambiente de tranquilidad, legalidad y sin discriminaciones ni leyes complejas.
La segunda razón es que el gobierno ha dado enormes facilidades a mexicanos con antepasados de origen español para obtener la ciudadanía. En algunos casos basta residir uno o dos años en España para tener este derecho.
Después de Estados Unidos y Canadá, España es el país con más inmigrantes mexicanos, cálculos conservadores hablan de más de 60 mil, una cantidad pequeña comparada a los 11 millones de paisanos en Norteamérica, pero con firme tendencia al alza.
El número de inmigrantes latinoamericanos en España asciende a más de 350 mil personas, el mayor número procede de Colombia, seguido de Argentina, Venezuela, México y Ecuador.
Con más de 48 millones de habitantes, este país ofrece un ambiente de seguridad impresionante. El año pasado se registraron 348 asesinatos, quince más que en el 2023 pero lejos muy lejos de los más de 26 mil ocurridos en México.
Claro nada es perfecto, recientemente a una señora mexicana le robaron su bolsa al salir de la estación de trenes Atocha, son hábiles los ladrones porque ni cuenta se dio cuando se lo arrebataron.
Este lunes en una tarde cálida de 30 grados caminamos por la Plaza del Sol y alrededores en medio de miles de madrileños y algunos turistas que disfrutaban un paseo con su pareja, su familia o con sus amigos.
En Madrid como en toda España la vida social es envidiable, los ciudadanos salen a caminar, tomar café, una copa, a comer o cenar a cualquier hora del día y la noche sin peligro de sufrir un acto criminal.
Pero esto no ha sido gratuito. España sufrió la dura embestida de los grupos terroristas que asolaron a la población antes y después de la muerte del dictador Francisco Franco, ocurrida el 20 de noviembre de 1975.
La democracia fue instaurada poco tiempo después y desde entonces, con altibajos e intentos de golpes de estado, se ha sostenido en base a dos factores: el acato irrestricto a elecciones limpias y el respeto absoluto al marco legal.
En los ochentas nos tocó vivir la zozobra que afectaba al pueblo español, aunque los atentados de la ETA y otros grupos iban en contra de autoridades y militares, decenas de inocentes caían víctimas de bombazos y ataques armados.
Hoy es una realidad muy distinta, Madrid es una ciudad con grandes atractivos comerciales, museos de enorme valía, monumentos espectaculares, bares y restaurantes para todos los gustos y sin dejar a un lado los espectáculos deportivos con equipos de talla mundial como Real Madrid y Atlético de Madrid.
La economía de España crece a un ritmo del 2.5 por ciento anual, en el 2022 el PIB aumentó en 5.22 por ciento. Padece un desempleo alto debido a que las prestaciones para personas sin trabajo son altas y a las actividades informales derivadas del turismo.
En política España se pinta sola, se ha llegado a una pulverización del poder enorme, son muchos los partidos que comparten el gobierno, los escándalos son frecuentes pero todo dentro de la ley.
En suma, el modelo español basado en una democracia participativa y plural funciona sobradamente, habría que imitar sus ventajas y aprovechar la amistad y similitudes entre México y la madre patria.
CONSUMMATUM EST
A partir del reciente domingo el poder en México no se comparte ni tiene contrapesos. Morena gobernará a su antojo con el control de los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. No tardarán en proponer la nueva Constitución y en desmantelar la democracia que creímos habría llegado para siempre en el año 2000. Pero no todo está perdido ni debemos bajar la guardia, hoy más que nunca habrá que luchar en contra del régimen totalitario.
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