Manufactura en contracción y servicios en expansión moderada marcan un cierre de año débil: IMEF
El cierre de 2025 se perfila con claroscuros para la economía mexicana. Los indicadores IMEF de noviembre reflejan una dinámica frágil, pues mientras el sector manufacturero profundizó su trayectoria contractiva, el no manufacturero se mantuvo en zona de expansión, aunque con señales de moderación.
De acuerdo con el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), el índice manufacturero retrocedió de 46.9 a 45.5 puntos, lo que representa una caída de 1.4 unidades respecto a octubre. Con ello, la actividad industrial acumula veinte meses consecutivos en contracción, evidenciando un debilitamiento más acelerado en la producción. El subíndice ajustado por tamaño de empresa también descendió 1.5 puntos, ubicándose en 46.5, mientras que la serie tendencia-ciclo permaneció sin cambios en 46.1, confirmando la persistencia de la fase contractiva.
En contraste, el indicador no manufacturero, que mide el desempeño de sectores como comercio y servicios, se mantuvo en terreno de expansión con 50.3 puntos, aunque con una ligera disminución de 0.2 unidades respecto al mes previo. La serie tendencia-ciclo avanzó 0.2 puntos, consolidando su paso a zona de expansión por segundo mes consecutivo. Sin embargo, la medición ajustada por tamaño de empresa retrocedió 2.2 unidades, situándose en 51.1 puntos, lo que sugiere una moderación en el impulso observado en meses anteriores.
La divergencia entre manufactura y servicios refleja un escenario complejo para las familias mexicanas. La contracción industrial implica menor dinamismo en sectores que generan empleos formales y mejor remunerados, como la manufactura y la construcción. Esto puede traducirse en menor contratación, reducción de horas laborales y presión sobre los salarios.
Por otro lado, el sector servicios, aunque mantiene expansión, lo hace de manera moderada. Comercio, turismo y actividades profesionales sostienen parte del crecimiento, pero con limitaciones que impiden una recuperación sólida. Para los consumidores, esto significa un entorno de incertidumbre, con precios que no ceden, ingresos que no crecen al mismo ritmo y un mercado laboral que ofrece más empleos en servicios, pero con condiciones menos estables.
Los datos de noviembre sugieren que la economía mexicana enfrenta un cierre de año débil, con riesgos de que la contracción industrial limite la capacidad de recuperación en el corto plazo. La expansión moderada en servicios es una señal positiva, pero insuficiente para compensar la caída en manufactura.
