
Marginal Gráfico
Trampas Urbanas S.A.
¡Atrévete a pisarlo y obtendrás un esguince!. En pleno Centro de Torreón – calle Blanco entre avenidas Morelos y Matamoros-, un sector donde uno esperaría banquetas seguras y vialidades vigiladas, aparece esta maravilla de la ingeniería del olvido: un registro sin tapa, cubierto heroicamente por una tabla. Esta trampa urbana, disfrazada de “parche improvisado”, no sólo pone a prueba la puntería del peatón, sino también su suerte. Quienes se atreven a cruzar sin mirar al suelo, podrían llevarse como souvenir un esguince, una fractura o al menos un susto. Mientras tanto, el agujero ha sido adoptado como minibasurero comunitario. Una solución espontánea y muy mexicana: si el hoyo no se tapa, al menos que sirva de bote. Y claro, ningún ente de autoridad ha considerado oportuno hacer algo al respecto. Quizá porque aún no lo han pisado. El verdadero peligro no es el agujero en sí, sino la costumbre de que estos “detalles” pasen desapercibidos.
Porque para muchos, esquivar trampas ya es parte del recorrido urbano.
Y mientras la tabla siga resistiendo y el silencio oficial continúe, esta trampa seguirá ahí, agazapada, esperando al siguiente distraído.