Este amigo mío con el que tomo la copa -varias- los martes por la noche dijo en nuestra última reunión que el planeta en que vivimos empezó a joderse cuando el hombre se atribuyó a sí mismo el mentiroso título de rey de la creación.
Ciertamente -añadió- el ser humano posee atributos que no tienen las demás criaturas. Mata por pura crueldad; dice y hace pendejadas; desobedece a la naturaleza; atenta torpemente contra su propia casa.
El hombre olvida que es un animal. La evolución lo ha llevado -o traído- a ser lo que es. Cosa de unos cuantos millones de años para que el gusano tenga las mismas desdichadas características que el humano tiene. Entonces participará también en la tarea de destruir al mundo, si es que el mundo todavía existe cuando ese tiempo llegue.
Raras veces entiendo los razonamientos de mi amigo. No sé si eso se debe a que él ha bebido mucho o a que he bebido demasiado yo.