Me apena decirlo, pero desde hace varios años la fiesta de toros está prohibida en mi ciudad Saltillo, y en Coahuila.
No se vetó la tauromaquia por cuestión de animalismo, sino de pura política. El gobernador en turno se enemistó con un ganadero de la localidad, criador de reses bravas, y se vengó de él prohibiendo el toreo en la tierra donde nació don Fermín Espinosa, Armillita, uno de los mejores diestros que en el mundo han sido.
Ahora está siendo derruida la plaza de toros que llevó el nombre del Maestro de Saltillo. En ella fue colocado en otro tiempo un busto en bronce del inmortal torero. La efigie es obra de Humberto Peraza, gran escultor taurino.
Espero que no se pierda esa escultura, lo cual sería grave atentado contra la memoria de don Fermín, y una total falta de respeto para los aficionados que pese a todo han conservado la tradición de la fiesta brava en mi ciudad y mi natal estado. Museo Taurino de mucha calidad hay en Saltillo, donde bien podría estar la magnífica obra de Peraza. Ya que se nos quitó la fiesta no se nos quite también ese recuerdo.
¡Hasta mañana!...