Wagner y la Tetralogía, el Anillo de los Nibelungos.., parte 2: El Oro del Rhin
Las Ondinas Woglinde, Wellgunde y Flosshilde juegan alegremente mientras cuidan el Oro del Rhin. Con miradas lascivas Alberich, el jefe de los Nibelungos se acercar sigilosamente a ellas. Sin embargo, ellas lo descubren al tiempo de burlarse por su fealdad. Pero lo que ellas no sabían es que Alberich tenía puesta su atención en la punta de una montaña donde se encontraba el Oro del Rhin. Flosshilde advierte el peligro, pero Woglinde cándidamente asevera, que: "quien pueda forjar un anillo a partir del Oro del Rhin, tendrá poder ilimitado", pero el precio sería, renunciar totalmente al amor. El corazón de Alberich sólo conocía el odio, así que nada tenía que perder, por lo que decide maldecir el amor, robar el Oro del Rhin y forjar el Anillo. Ahora podrá formar un imperio basado en el sufrimiento y miseria de los demás.
Mientras esto sucedía, Wotan y su esposa Fricka yacen plácidamente en una pradera de flores donde observan su morada: el Walhalla. Se tata de una imponente fortaleza construida por los Gigantes Fafner y Fasholt. Wotan había encargado su construcción estableciendo como pago a su cuñada, la Diosa Freia, poseedora de las manzanas de Oro, capaces de hacer inmortal al que las comiese. Wotan está en problemas, pues obviamente su esposa Fricka no está de acuerdo en ceder a su hermana como pago. Freia intenta huir y pide auxilio a sus hermanos Donner, Dios del Trueno y Froh, Dios de la belleza.
En ese momento hace su aparición Loge, dios del fuego para "comunicar" a los gigantes que Freia NO está en venta. Loge aconseja a Wotan que robe el Oro a Alberich y que con ello salde la deuda adquirida con los gigantes. Éstos aceptan, pero mientras eso sucede se llevan a Freia en prenda, lo que produce el envejecimiento progresivo de los dioses. Wotan y Loge bajan al Mundo Subterráneo, la tierra de los Nibelungos para recuperar el anillo. Se encuentran con que Alberich ha esclavizado a los Nibelungos, pues le han forjado ya el Anillo y también el Tarnhelm o casco mágico, que permite hacerse invisible, trasladarse a cualquier parte y convertirse en cualquier cosa.
Así las cosas, Wotan y Loge se presentan ante Alberich para hipócritamente adularlo y engañarlo. Le piden que muestre sus poderes, a lo que Alberich accede convirtiéndose en Dragón. Loge no se ve satisfecho por lo que ahora le pide enfrentar el reto de transformarse en algo más pequeño. El tonto Alberich se convierte en sapo al que rápidamente amarran y obligan a entregar el Oro de los nibelungos, además del Anillo. Después de forcejear, Alberich maldice el anillo: "Quien lo tenga sufrirá viviendo en la tragedia, y quien no lo tenga, lo corroerá la envidia". Ya de regreso, Faffner y Fasholt piden a Wotan que cubra a Freia totalmente con oro para poder regresarla. Wotan hace lo propio, pero se dan cuenta que resta un pequeño resquicio sin cubrir, por lo que piden que se coloque el anillo. Obviamente Wotan está molesto y se niega a entregarlo. Aparece entonces Erda, la sabia Diosa de la tierra argumentando que perder a Freia, era perder la la inmortalidad. Wotan les arroja el anillo, y la maldición de Alberich empieza a cumplirse, pues ambos se pelean por él, matando Faffner a su hermano Fasholt. Donner golpea con su martillo las nubes para hacer llover y limpiar así el ambiente. Froh extiende un radiante arco iris para que Wotan y Fricka puedan regresar pensativos a la paz del Walhalla. Convertido en dragón, Faffner será ahora el custodio del Anillo y del Oro del Rhin. Desde el valle del Rhin Wotan escucha los tristes lamentos de las Ondinas por haber perdido el oro.
Ello le conmueve a regresarlo, pero no puede infringir sus propias leyes, por lo que pide consejo a la sabia Erda: "Sólo un héroe inocente que actúe por cuenta propia podrá regresarlo". Tal será el drama de la segunda ópera de la Tetralogía: Las Valkirias.