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Música en un suspiro

GÓGOL

MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

Nacido en Ucrania en 1809, Nikolái Gógol, es el punto de partida de la narrativa realista rusa, seguida por Leon Tolstói y Fiódor Dostoievski.

En 1835 y con el objetivo de caricaturizar la vanidad y la ambición de muchas personas que se preocupan sólo por las apariencias, mensajes vacíos y retórica barata, para lograr ascender en la escala política y social, se da a la tarea de escribir "La Nariz".

Esta es una obra ácida y satírica, la cual, a pesar de su disparatado argumento, se constituye como una de las obras más realistas del género.

Asimismo, a sus 22 de edad, en 1928, Dimitri Shostavich, toma el cuento de Gógol y lo transforma en ópera en condiciones muy parecidas. Por un lado, Gógol denunciaba y criticaba la hipocresía y superficialidad de la sociedad heredada de Pedro el Grande, y por otro Shostakovich hacía lo propio con la dirigencia comunista de facto.

Desde entonces, Gógol afirmaba que "Moscú es una chica y San Petersburgo es un chico. ¡Todas las novias están en Moscú, mientras que en San Petersburgo sólo hay novios!" Moscú es una vieja ama de casa que cocina fritangas, mira desde lejos y escucha el relato de lo que pasa en el mundo sin ni siquiera levantarse del sillón. San Petersburgo es un tipo que se divierte, no está nunca en su casa, va siempre a la moda y se presume ante Europa.

A San Petersburgo le gusta ironizar sobre la falta de gusto y torpeza de Moscú, mientras que Moscú reprocha a San Petersburgo ser calculadora y no saber hablar ruso".

La Nariz es ese lugar límite entre realidad y sueño en donde todo puede suceder. Es un lugar donde "nada es lo que parece y todo es un engaño". La Nariz es un cuento que inicia con un barbero que encuentra una nariz en su pan…, sí, escuchaste bien, una nariz. Trata de deshacerse de ella arrojándola al río Neva, pero es sorprendido por un policía. Mientras tanto, Kovalyov, el dueño de la nariz, que resulta ser un funcionario de San Petersburgo, se levanta dándose cuenta de que ésta no está en su lugar. Peor aún, resulta que la Nariz ha decidido tener una vida propia. Esto es todo un tema, pues para una persona de tal alcurnia, ello es inadmisible. Decide entonces salir en su búsqueda, pero cuál será su sorpresa al ver caminando libremente a su nariz, pero ahora con el grado de Consejero de Estado, con uniforme y rango mayor al suyo propio. Después de hacer la denuncia en la policía, se le busca por todas partes para impedir que se escape su nariz. Finalmente, es atrapada, pero es imposible regresarla y regresarla a su dueño. Kovaliov, sospecha que ha sido hechizado por Madame Podtochina, que desea verlo casado con su hija. Éste le escribe para que deshaga el hechizo. Esto es tomado como una proposición a su hija. Al día siguiente despierta con su nariz en su lugar.

Ésta es la historia que valientemente nos presenta Shistakovich en un entorno político adverso. Inmersa en un ambiente surrealista y pasajes atonales, la ópera fue declarada decadentista y burguesa.

Dice Shostakovich: "el tema de La Nariz me ha atraído por su contenido fantástico y absurdo, expuesto por Gogol, a su vez en un tono rígidamente realista". Si mañana, al verte al espejo, descubres que no tienes nariz, probablemente olfateas tu propia debilidad de carácter, así que cuida que no se meta en asuntos que no le incumben.

"Metiches e hipócritas en un Suspiro".

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Escrito en: columnas Editorial

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