La expresión la popularizaron los filósofos ingleses. Quizá fue una reacción a la brillante, pero muy compleja corriente filosófica conocida como la Escuela de Frankfurt que no negaba la "cruz de su parroquia": Hegel en todos. Cuando el análisis cae en la trampa de lo abigarrado y oscuro, nadie gana. Es mejor intentarlo de nuevo con una "naive theory", una aproximación deliberadamente ingenua.
¿Dónde nace el problema? En EUA sí, pero también en Suiza, los Países Bajos, Alemania y España. Si no hubiera una demanda inelástica -dirían los economistas, inflexible- la producción, no sería tan atractiva. La cocaína es otro rubro que involucra a otra decena más de países, México incluido. O quizá nace, en el otro polo: China para fentanilo; Perú, Colombia o Bolivia para cocaína. Allí hacen mucho dinero, porque están ciertos de que, del otro lado del mundo, hay millones esperando con ansiedad la sustancia. ¿Reportan las autoridades chinas avances en el combate a la producción de precursores? Pregunta ingenua. Después viene la cadena comercial, infinidad de negocios. Involucra aviones, submarinos, navieras y autoridades portuarias. Todos llevan tajada. En la producción a gran escala de drogas sintéticas, México es campeón mundial, seguido de Afganistán, Myanmar y Siria. Las autoridades en México niegan la producción pero, a la par, presumen la destrucción de laboratorios. También niegan el consumo, pero la publicidad oficial del sector salud y otros, satura los medios con propaganda contra el fentanilo. Entonces sí hay un problema y muy serio. Los zoombies aztecas deambulan ya en la CDMX.
Aparece el horror: los muertos producto del enfrentamiento entre los cárteles. Se calculan en más de un cuarto de millón de seres humanos, niños y mujeres incluidas, en un periodo de 12 años (2007 al 2019). Desde el 2017 la cifra ronda los 40 000 al año. The Washington Post reporta: alrededor de 350 mil desde el 2007, más 72 mil desaparecidos. La información sobre el narcotráfico y la violencia paralela es aproximada, se trata de una actividad ilícita. La frecuente desaparición de personas y el descubrimiento de fosas clandestinas son referentes obligados. La presencia territorial de los traficantes ya cruza al país: de Baja California a Yucatán.
Esos cárteles están espléndidamente armados y, como bien aseveró la presidenta Sheinbaum, el 74% de las armas proviene de EUA. O sea, las fábricas de armas y su comercio son otro gran negocio que nuestros vecinos niegan. Tampoco quieren reconocer que la mayor ganancia comercial se da en su territorio, igual con la cocaína distribuida en Park Avenue que con el fentanilo en casi toda la nación. Traficantes por doquier. ¿Qué hacen las autoridades de allá? ¿Acaso no saben de los distribuidores o, regresando a la tesis original de D. Gambeta, los acuerdos entre autoridades y traficantes allá son evidentes, no vender frente a las escuelas, iglesias y otros sitios que sí son vigilados? Pero el resto …libres. Al fentanilo se le atribuye el 96% de las muertes por droga en EUa. La cifra podría alcanzar los 100 mil muertos al año por consumo.
Pregunta ingenua: ¿dónde está el principio de la cadena, dónde el final? Naive tehory: ¿y si todos dejamos las hipocresías diplomáticas y México -país de víctimas, no sólo de traficantes- convoca a una reunión internacional sobre esta pandemia? Se podrían obtener algunos acuerdos iniciales. Las prioridades son claras: decenas de miles de muertos al año, aquí, en Estados Unidos y otros sitios. Declarar a los cárteles una amenaza a la seguridad nacional de EEUU, tiene sentido para el ciudadano común de allá: el problema surge en México. Pero y nuestros muertos, familias quebradas, la destrucción del Estado, todo por el irrefrenable consumo. Las enormes ganancias exhiben al mundo.
Pregunta naive: ¿Tenemos la autoridad moral para convocar? Sin Judicial profesional y con la grotesca defensa de los narcomorenistas. No.
¡Rocha militante!