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YAMIL DARWICH

La visita del secretario de Estado, de Estados Unidos, Marco Rubio, empieza a dejar en claro el replanteamiento que intenta Donald Trump, con su trabajo incesante e insistente en la idea de una nueva geografía económica del mundo, especialmente América.

Particularmente en nuestro caso, como los vecinos cercanos que somos, en constante relación humana, comercial y hasta política, quienes tenemos una gran dependencia económica, aunque ellos también requieran de nuestro consumo, producción y mano de obra.

Los 2,276 kilómetros de frontera que nos marcan la separación geográfica, son verdaderos vasos comunicantes y, por mucho que se quiera y declare, son imposibles de vigilar y controlar en su totalidad. Pensemos en el narcotráfico.

Recordemos aquello de "América para los americanos", frase que enmarcó la doctrina James Monroe, desde 1823, que al fin de cuentas significa el propósito de mantener la hegemonía político/económica en el continente; hoy sigue vigente, como siempre lo ha estado.

Actualmente, como nunca, se delinea un nuevo y, al parecer orientado intento del gobierno del presidente Trump, para implantar un nuevo orden mundial.

La constante comunicación con nuestra presidenta, trae consigo propósitos claros para negociar: combate al narcotráfico; el control migratorio hacia los EUA; la seguridad a las inversiones norteamericanas en México, incluyendo la protección garantizada a sus intereses; y el acotamiento de la inversión China, en México.

El reto para nuestra presidente Sheinbaum, es difícil de satisfacer, considerando que va de por medio la pérdida del poder y control del país -si de verdad lo tiene- aunque con el sostenimiento de la izquierda populista administrando a la Nación.

Observar las consecuencias, será la evidencia del buen trabajo de la administración de la SRE para contener la voracidad de Trump, que exige las contrapartes sumisión en las negociaciones.

Queda la pregunta en el aire: ¿hasta dónde podrán ceder nuestras autoridades?, reflexione sobre el reconocimiento manifestado por Rubio, al propósito de combatir al narcotráfico del gobierno. ¿Incluirá la entrega de algunos de los encumbrados narcos políticos? Usted, ¿por quién empezaría?

Para nosotros, desafortunadamente, la "baraja" de negociación está cargada, considerando nuestra dependencia económica con el país del norte.

Por otra parte, la propuesta de la izquierda en Latinoamérica está siendo minada en sus bases: Venezuela, advertida y amenazada con el poderío de mar y aire de los EUA, ante un gobierno chavista, encabezado por Maduro, señalado como narco político. El propio pueblo está dividido, esperando acciones más directas que derroquen al dictador.

Quienes piensan que el dictador se aferrará al poder, hasta con las armas, viven la quimera de la posible resistencia militar, que solamente representaría la sinrazón del sacrificio de hombres y mujeres obedientes a un mando encabezado por "los Soles", acusados de representar un cartel militar. Diferentes fuentes mencionan la inconformidad de mandos intermedios que, dado el caso, sin duda tendrían un papel preponderante en el intento de sostenerse en el poder.

Actualmente y de poco en poco se van sumando países a la propuesta -imposición- de Trump: países como Argentina, con Miley; Perú, con Dina Baluarte, sustituyendo a Pedro Castillo; Ecuador, con Daniel Novoa, están alineados con el país del norte, sometidos a sus intenciones económicas y políticas.

De la izquierda: se mantiene El Salvador, con Nayib Bukele, cuidadoso en su relación con EUA; la propia Venezuela, con un Maduro prácticamente vencido; Chile, con Gabriel Doric, moderado y negociador; Nicaragua de Daniel Ortega y la Cuba de Díaz-Canel, estas dos últimas dando "patadas de ahogado", representando una resistencia que tiene dos caminos: renunciar al poder o someterse -aún en apariencia- al nuevo orden mundial que pretenden construir los países poderosos: EUA, República China y Rusia.

Ese es el escenario nacional que debe enfrentar la presidente Sheinbaum, inmerso en el internacional, debiendo encontrar soluciones que no interfieran los carteles y el empoderado Trump. Sin duda, está la posición del "jamón del sándwich, que le muerden por arriba y por abajo".

No concibo una invasión militar -propaganda nacionalista interesada-; no es necesaria la entrada de soldados al territorio nacional, bastaría el método aplicado a los lideres de Irán, quienes aún escondidos bajo tierra fueron asesinados.

Esperemos la mejor resolución a la crisis político-económica que mundialmente estamos viviendo y quedemos en las mejores condiciones para seguir adelante como nación. Le insisto: es una crisis mundial en la que México está estrechamente involucrado por su posición geográfica con EUA.

Analicemos los sucesos inhumanos en Gaza, Ucrania, países de África y el manejo político de intereses marcados para encontrar una nueva forma de relación internacional entre los países poderosos, con fuerzas brutales interviniendo con dinero y poder militar: para unos administrando el poder y otros el sometimiento.

Aspiremos a no ser sometidos por la fuerza del dinero y las posturas del fuerte, inhumano, a todas luces injustas, o… ¿hasta dónde cree soportar?

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