Amanecimos en la semana con fuertes eventos en lo que respecta a los tres poderes de la Unión: el pasado lunes primero de septiembre la titular del Poder Ejecutivo, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó de manera escrita su primer informe de gobierno, a la vez que pronunció un mensaje a propósito del tema en el Palacio Federal; el Congreso de la Unión el mismo día dio a inicio a su primer periodo ordinario de sesiones del segundo año, por fortuna ya no está como presidente del Senado Gerardo González Noroña. Por desgracia también el mismo lunes, entraron en funciones más de 800 juzgadores, incluidos los 9 ministros que integran la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consumándose la sumisión de un poder del Estado ante los otros dos.
Regresando al mensaje que obsequió la presidenta, ella intentó ofrecer una radiografía inicial de su gestión. A once meses de haber asumido el cargo, el documento y su presentación pública delinean avances en infraestructura, inversión y coordinación institucional, pero también dejan al descubierto desafíos persistentes en seguridad, salud y certeza jurídica. No habló ni una palabra de los desaparecidos ni por supuesto del retroceso en la inversión productiva.
En lo referente a los estados de Coahuila y Durango, habría que señalar que en el acto estuvieron presentes como el resto de los demás los gobernadores Manolo Jiménez (Coahuila) y Esteban Villegas (Durango). Ambos mandatarios han destacado la apertura al diálogo con la presidenta, lo que marca un cambio respecto a la administración de Andrés Manuel López Obrador. Esta coordinación ha permitido dar los primeros pasos en proyectos conjuntos, como el programa de tecnificación de riego agrícola - urgente en todo el país, pero principalmente en La Laguna, con una cuenca lechera tan importante y por lo tanto tan demandadora de agua- y la planeación de obras logísticas.
Uno de los ejes del informe fue el Plan México, una estrategia nacional que busca detonar el crecimiento económico mediante polos regionales. En este caso, Durango fue incluido como estado prioritario dentro de los Polos de Desarrollo para el Bienestar (Podebis), mientras que Coahuila figura en proyectos logísticos clave, como la licitación del tramo ferroviario Saltillo-Nuevo Laredo. En el primer caso, el ser contemplado en el proyecto de Polos de Desarrollo aliviará la precaria condición económica que existe en gran parte del territorio duranguense, en tanto con el contar con un ferrocarril de Saltillo a la frontera de Laredo, aportará mayor competitividad a la industriosa Región Sureste Coahuilense.
Hay avances en el gobierno de Sheinbaum: tipo de cambio estable aun ante los embates de Trump; crecimiento casi nulo, pero crecimiento al fin; se sigue atendiendo con programas sociales a las clases más desprotegidas; un giro en la estrategia de seguridad que, aunque lejos de alcanzar resultados satisfactorios, al menos hay una mejoría.
Sin embargo, por supuesto que hay pendientes estructurales, como garantizar la seguridad en las carreteras, en el caso particular de La Laguna de Durango, la extorsión y los robos siguen afectando el transporte de carga y diversas actividades que tiene que ver con el sector agropecuario, lo que pone en riesgo la competitividad logística; el desabasto de medicamentos y la falta de infraestructura educativa siguen siendo problemas estructurales.
Lo más grave de todo es que con la Reforma Judicial, simplemente se esfumó la certeza jurídica, elemental para un estado de derecho, esto claro traerá incertidumbre entre inversionistas, especialmente en sectores estratégicos como energía y manufactura. Y claramente: sin inversión un puede haber desarrollo sostenido
El primer informe de Claudia Sheinbaum deja ver una administración que ha logrado establecer puentes con los gobiernos estatales y el sector productivo. Coahuila y Durango figuran en el mapa de prioridades, pero el éxito dependerá de la capacidad para convertir promesas en resultados tangibles. La región donde están insertados estos dos estados tiene el talento, la infraestructura y la vocación para ser protagonista del desarrollo nacional. Lo que falta es una ejecución territorial precisa, con visión de largo plazo y sensibilidad local, además de contar con gobiernos locales capaces y responsables. El tiempo dará la respuesta.