">

EDITORIAL Verdades y Rumores Columnas Editorial Caricatura editorial

Columnas

Diálogo

Nomofobia

YAMIL DARWICH

Entre las enfermedades descritas en el presente -finales del siglo XX y principios del XXI- aparece la Nomofobia: "el miedo irracional a no tener acceso a un teléfono móvil o estar desconectado de La Internet".

La palabra proviene del idioma inglés, descrita por primera vez en 2009, en Reino Unido, que ha sido adoptada por la lengua española; "nomophobia", proviene de "no-mobile phone phobia", considerada una forma de adicción a los teléfonos móviles, que generan diferentes manifestaciones patológicas.

Algunos investigadores, como los de Global Statshot Digital 2024, han compartido datos y análisis sobre la adopción de tecnología digital y tendencias en redes sociales del uso de internet y comportamientos digitales.

Global Statshot Digital, reveló que, el promedio de uso diario del celular en EUA, oscila entre cinco a nueve horas diarias; seguramente en México, no estamos alejados de esa realidad estadística.

Existen descripciones médicas de los daños físicos por el abuso en el uso del teléfono y hay evidencias que orientan las sospechas de que son causantes de mayores incidencias de enfermedades cerebrales, por la radiación ionizante recibida al sostenerlo cerca de la cabeza.

Los oftalmólogos, han descrito enfermedades que se presentan por el uso excesivo del teléfono celular; recomiendan, no más de dos horas de radiación diaria y advierten que, luego de la exposición de la vista, por más de ese tiempo, es factor que favorece patologías.

En el campo de la oftalmología, puede afectar la agudeza visual por medio de diferentes mecanismos; entre ellos: fatiga visual, visión borrosa, dolor de cabeza, síndrome de ojo seco -falta o disminución de lágrimas lubricadoras-, miopía y, potencialmente, la degeneración macular que puede provocar ceguera.

Piense en los menores, quienes, desde edades muy tempranas, hacen uso de tales artefactos electrónicos, incluidas tabletas, computadoras y/o juegos.

Algunos médicos traumatólogos y ortopedistas, han encontrado relación entre el uso del celular y/o el tecleado frecuente -incluya juegos electrónicos y computadoras- con los daños en la columna vertebral y manos. Como ejemplo, el síndrome del túnel carpiano, por la compresión del nervio mediano durante su recorrido a través del canal del carpo; anteriormente era diagnosticado en mayores, principalmente mujeres y hoy se observa en jóvenes y niños.

Ni qué escribir de los efectos negativos en las esferas psicológica y social, en las que se describen manifestaciones clínicas como: ansiedad y ataques de pánico por quedar sin conexión "a la red"; insomnio, con la compulsión de revisar frecuentemente la pantalla y ver posibles llamadas; alteraciones en la vida social; malas calificaciones y la marcada dependencia a mantenerse teléfono en mano.

La enfermedad se agrava cuando ya es inaceptable permanecer "desconectado del celular"; renunciar a la comunicación presencial con otras personas -incluyendo familiares y cercanos- generando aislamiento social y/o ensimismamiento, hasta manifestar cambios de conducta y/o compulsiones de compra, por influencia de la mercadotecnia recibida por esos medios.

En casos extremos, el distanciamiento o choque social y familiar generado por la obsesión, puede alterar el ego, generando patologías más severas. Incluya la baja autoestima y sentimientos de rechazo o inadaptación familiar y/o social.

Tampoco deje de considerar las consecuencias sociales que generan por distracción -en el trabajo o la escuela-; los accidentes automovilísticos y los posibles timos, engaños, secuestros y hasta asesinatos de confiados que se dejan convencer por los maliciosos y criminales que aprovechan el medio para extorsionar, hasta secuestrar, principalmente a menores.

Es verdad que la adaptación del mundo al uso del celular -en México, casi el 95% de la población la aprovecha- ha dado muchas ventajas de comunicación verdaderamente instantánea; son casos sobresalientes las emergencias médicas, apoyos en accidentes y agresiones.

Aceptemos que, en sí, tales artefactos electrónicos no son malos, lo negativo de ellos está en el mal uso que nosotros les damos. ¿O no?

De nuevo aparece la falta de educación, desde la familiar hasta escolar; el mal uso que de ellos hemos estado haciendo, hasta considerarlo como normal, en estos tiempos del modernismo con nuevas maneras de convivir; incluya las justificaciones que encontramos para desatender responsabilidades laborales y la falta de atención a los cercanos en casa y escuela.

Me duele escribir que llegan a ser muy frecuentes con el incremento de los niveles de irresponsabilidad de nosotros mismos, los mayores del hogar y profesores de la escuela. De hecho, en general, muchos hemos caído en el abuso, consecuentemente mal educado, dando mal ejemplo y descuido a los menores.

Vale la pena hacer un alto en nuestras ocupaciones para reflexionar, medir y valorar acciones y consecuencias por el uso o abuso del celular; luego de empezar por nosotros mismos, dialogar con los cercanos y encontrar formas de prevenir probables daños familiares y sociales a través de mejorar y/o recobrar la mejor y mayor comunicación y acercamiento.

¿Ya calculo las horas utilizadas por sus familiares?

ydarwich@ual.mx

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Diálogo Columnas Editorial

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2392570

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx