Justo ayer, el Ministro español de Relaciones Exteriores José Manuel Albares ha accedido a nombre del Presidente del actual Gobierno-que no del Rey que es el Jefe del Estado-a uno de los más extraños caprichos y ocurrencias intentadas desde el sexenio anterior.
A título personal y de su jefe Pedro Sánchez, el funcionario emanado del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) afirmó que: "Ha habido dolor e injusticia hacia los pueblos originarios, a los que se ha tratado injustamente y justo es reconocerlo y enmendarlo" como parte de un discurso político-no histórico-en el que este pretende ofrecer una disculpa por los supuestos agravios reales y ficticios que solo la retórica más rupestre de la SEP ha pretendido seguir sosteniendo, como si aún fueran vigentes o hasta imputables a la Madre Patria actualmente tanto como al Imperio Español en su momento.
En contraparte, el divulgador histórico Juan Miguel Zunzunegui afirma ante el Diario peninsular El Debate que España no tiene que pedir perdón por una Conquista que en realidad fue más obra de los propios pueblos indígenas que de España.
Entrevistado por Miguel Pérez Michel durante su actual gira ibérica en lo que promociona su último libro titulado Al día siguiente de la Conquista, el mexicano plantea que con la conquista de Tenochtitlan por parte de Hernán Cortés terminó el aislamiento en América y nació una nueva civilización, fruto de la fusión de dos mundos: "Todo lo que a los mexicanos les gusta de México se empezó a construir después de la caída de Tenochtitlán y no lo construyeron los españoles, lo construyeron los indios, que es lo que nadie quiere entender.
Imagínate: llega Hernán Cortés con 400 hombres, y con 400 hombres toma Tenochtitlán. ¡Eso es ridículo! Sobre todo, si te cuentan que Tenochtitlán era la gran capital de un gran imperio poderosísimo. Pensar que un imperio así cae ante 400 personas es absurdo. La realidad es que la ciudad cae ante…más de 99.000 guerreros que son indios; son tlaxcaltecas, cholutecas, chichimecas, chalcas, totonacas…que todos son aliados de Hernán Cortés.
Habrá que preguntarse por qué todos se alían con Hernán Cortés, por qué todos son enemigos de los mexicas, por qué todos odian a los mexicas, por qué el enemigo de todos, el gran opresor, son los mexicas.
Hernán Cortés firma alianzas con estos pueblos y al día siguiente de caer Tenochtitlán empiezan la reconstrucción de Tenochtitlán de inmediato, que se convertirá en la ciudad de México. De inmediato empieza la construcción de casas, de caminos, de puentes… Para 1531, apenas diez años después de la conquista, ya está la ciudad de México, la ciudad de Querétaro, la ciudad de Tlaxcala, la ciudad de Puebla...".
Después de disertar sobre la Hispanidad como el futuro integrador promisorio ante los problemas que aquejan a la misma Europa, al preguntársele sobre las declaraciones del Ministro Albares, Zunzunegui responde contundente y enfático: "El México de hoy es católico, es hispanohablante, pero es profundamente mestizo. No es una réplica de España, es lo bonito de toda América, es España mezclándose con los diferentes pueblos indios de América, mezcla que va generando diferentes versiones de España…Que España pida disculpas por eso a lo que llamamos conquista sería como que España pida disculpas por el hecho de que México exista".
Y en efecto: lo que se olvida o se desconoce tanto por parte del funcionario socialista del actual gobierno español como del actual asesor del Gobierno Federal en nuestro país es que la disculpa que tanto se ha venido exigiendo desde la presidencia de López ya había sido dada desde el año de 1990, y hecha nada menos que por el mismo Rey Juan Carlos I de Borbón durante la celebración de la primer Cumbre de las Américas llevada a cabo en la ciudad de Guadalajara, Jalisco.
De aquí que en este caso sería muy recomendable que el Licenciado Alfonso Suárez del Real Aguilar como periodista y Asesor oficial de la Presidencia de la República en materia histórica investigue bien para que realice mejor su labor, evitando que este tipo de desconocimiento siga repitiéndose inútilmente, sobre todo habiendo tantos problemas reales que atender en la agenda del país.