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A mi hijo Raúl Netzahualcóyotl... El Juez

RAÚL MUÑOZ DE LEÓN

Te lo dije cuando al terminar tus estudios de preparatoria, me compartiste tu deseo de inscribirte en la Facultad de Derecho; querías ser abogado. En aquella ocasión hice lo que tenía que hacer: escucharte con atención, respetar tu decisión profesional y alentar tu ánimo por haber escogido esta carrera. Cursaste tus estudios de manera excelente y con un promedio académico bastante aceptable; egresaste de la Universidad.

 Gestionaste y obtuviste una beca para cursar un posgrado en la Universidad Complutense de Madrid, España, el cual realizaste a plena satisfacción.

Has desempeñado con atingencia, honradez y profesionalismo diversos cargos en la administración pública, de los que recuerdo Subdirector Municipal de Desarrollo Económico de Gómez Palacio; Secretario Particular del Alcalde; Director Jurídico del Ayuntamiento de Gómez Palacio; Subjefe de Asuntos Jurídicos y Laborales de la Subsecretaría de Educación en la Comarca Lagunera de Durango.

El cargo en el que entrarás en funciones el próximo mes de septiembre implica un motivo de satisfacción personal, pero también de orgullo familiar, por lo que tu madre, tu padre, tu esposa y tu hijo, tu hermana, primas y primos, cuñadas y cuñados manifestamos nuestra convicción de que tendrás éxito en esta encomienda y sabrás aplicar el derecho para alcanzar la justicia. Esto es lo importante de tu tarea: impartir justicia; por eso tu función es jurisdiccional. Jurisdicción es decir el derecho, del latín "juris dictio". ¡Tan necesitado está el pueblo de que se le haga justicia!

Igualmente, tus amigos, que son muchos, de diferente condición social expresan abiertamente estar convencidos que saldrás airoso en esta nueva responsabilidad. 

Voluntaria y libremente aceptaste esta responsabilidad. No olvides la sentencia del derecho romano: "Juris praecepta haec sunt: Honeste vivere, alterum non laedere et jus suum quique tribuere", Estos son los preceptos del derecho :Vivir honestamente, no ofender a otro y darle a cada quien su derecho. 

Y ten presente siempre el concepto kantiano del deber: "Obra de tal manera que la máxima de tu acción, sea elevada por tu propia voluntad a la categoría de una norma de universal observancia".

Hoy nuevamente te lo digo. Ocasión propicia es ésta para volver los ojos y la inteligencia al más grande escritor de la literatura española Miguel de Cervantes Saavedra, el Manco de Lepanto y a su inmortal obra Don Quijote de la Mancha y traer a la memoria las recomendaciones que el Ingenioso Hidalgo don Alonso Quijano hace a su fiel escudero Sancho Panza, cuando parte a gobernar la Ínsula, y las consideres, hijo, para normar tu conducta en el desempeño de tu función como juez:

1.- Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje y no te desprecies de decir que vienes de labradores y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio;

2.- Si acaso viniere a verte cuando estés en la Ínsula alguno de tus parientes, no le deseches ni le afrentes, antes le has de acoger, agasajar y regalar, que con esto satisfarás al cielo que gusta que nadie se desprecie de lo que él hizo y corresponderás a lo que debes a la naturaleza bien concertada;

3.- Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida con los ignorantes que presumen de agudos;

4.- Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia que las informaciones del rico;

5.- Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico, como por entre los sollozos e importunidades del pobre;

6.- Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al delincuente, que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo;

7.- Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia;

8.- Cuando te sucediere juzgar algún pleito de tu algún enemigo, aparta las mientes de tu injuria y ponlas en la verdad del caso;

9.- No te ciegue la pasión propia en la causa ajena, que los yerros que en ella hicieres, las más veces serán sin remedio, y si lo tuvieren, será a costa de tu crédito y aún de tu hacienda;

10.- Si alguna mujer hermosa "veniere" a pedirte justicia, quita los ojos de sus lágrimas y tus oídos de sus gemidos y considera despacio la sustancia de lo que pide, si no quieres que se anegue tu razón en su llanto y tu bondad en sus suspiros;

11.- Al que has de castigar con obras, no trates mal con palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio sin la añadidura de las malas razones; 

12.- Al culpado que cayere debajo de tu jurisdicción, considérale hombre miserable, sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra, y, en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, muéstratele piadoso y clemente, porque, aunque los atributos de Dios todos son iguales, más resplandece y campea, según nuestro parecer el de la misericordia que el de justicia.

Si estos preceptos y estas reglas sigues Sancho, (hijo), serán largos tus días, tu fama será eterna, tus plenos colmados, tu felicidad invisible, casaras tus hijos, como quisieres, títulos tendrán ellos y tus nietos vivirás en paz y beneplácito de las gentes y en los pasos de la vida te alcanzará el de la muerte en vejez suave y madura y cerrarán tus ojos las tiernas y delicadas manos de tus netezuelos.

r_munozdeleon@yahoo.com.mx

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