Un discurso bien estructurado y elocuentemente pronunciado, elaborado por alguien que sabe de las lides políticas, pues maneja un lenguaje refinado y adecuado al momento histórico que se vive; fue la carta de presentación de Betzabé Martínez Arango al rendir la protesta de ley como presidenta municipal de Gómez Palacio.
Con una población de casi 400 mil habitantes, de los cuales 188, 211 son mujeres y 184, 339 son hombres, según INEGI, conforme al Censo de 2020; considerado como el segundo municipio en importancia del Estado de Durango, Gómez Palacio presenta paradójicamente, al mismo tiempo que un formidable desarrollo, una serie de problemas y carencias que son un desafío para el flamante ayuntamiento que preside Betzabé Martínez Arango.
De algunos años atrás parece como si el tiempo se hubiese detenido en Gómez Palacio, como si a su gente la hubiese invadido un virus de apatía, de indolencia y nada le importara el avance o el retroceso de la Ciudad; ya que primero ve por sus intereses particulares y deja para el final los colectivos o comunitarios.
Esperemos la presentación del Plan Municipal de Desarrollo para conocer cómo abordará la problemática urbana y rural del municipio. Nada fácil es la inminente tarea que tiene frente a sí Betzabé. Gómez Palacio es un típico municipio mexicano; rico en necesidades y pobre en recursos para satisfacerlas. Pero el carácter emprendedor de su gente le ha dado los elementos para salir de los atolladeros y trampas que le han provocado crisis.
Y así será con el Plan Municipal de Desarrollo; seguramente encontraremos en él, cuál es su programa de obras, qué piensa hacer en materia de seguridad pública para descubrir y exhibir a los nuevos grupos criminales infiltrados en la sociedad, qué hará para llevar y garantizar el abasto de agua potable a los habitantes de las colonias urbanas y de los poblados rurales, cuál es su propuesta en el ámbito de la salud, ecología y medio ambiente; qué propone para atraer inversiones y fomentar la generación de empleos que tengan como objetivo mejorar la calidad de vida de los habitantes de este industrioso e industrializado municipio duranguense.
Lo mas trascendente de dicho plan tiene que ser la aportación de los elementos necesarios en el despegue definitivo del municipio para acortar la distancia con respecto a Torreón y Durango capital.
En este orden de ideas suena alentador el anuncio que hizo el gobernador de Durango en el sentido de que Gómez Palacio recibirá más apoyos tanto de recursos estatales como de la Federación; de hacerse efectivo este anuncio permite ver el futuro con más optimismo y con menos desconfianza.
A Gómez Palacio le urge infraestructura hotelera, complejos habitacionales de calidad que reflejen la importancia y categoría de la pujante ciudad lagunera, hacen falta fraccionamientos residenciales de primer nivel que superen los índices que históricamente ha tenido: casas de interés social con financiamiento de los programas de vivienda de INFONAVIT, del FOVISSSTE, de empresas inmobiliarias particulares o de la banca de desarrollo. No es fácil competir con Torreón, se comprende, pero tampoco es imposible, si se arma y se pone en práctica un auténtico plan de desarrollo, con acciones efectivas y precisas, con la participación activa de los diferentes sectores sociales, políticos y económicos que incentiven la inversión y el gasto publico en aras del progreso y la prosperidad.
La tarea de Betzabé no es sencilla. Tiene por delante un camino sinuoso y difícil de transitar; seguramente con su entusiasmo, con su trabajo decidido, incorporando a la tarea pública a la ciudadanía, dejando de lado el discurso vacuo, sin contenido, engañoso y demagógico en que tradicionalmente han incurrido algunas administraciones anteriores para disfrazar la irresponsabilidad, el incumplimiento y el "valemadrismo" político y administrativo, perjudicando seriamente a este municipio, habitado por hombres y mujeres esforzados y trabajadores que quieren ver a su ciudad en mejores condiciones demográficas y económicas.
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