Columnas la Laguna Columnas La Laguna Editorial

Columnas

Panorama

RAÚL MUÑOZ DE LEÓN

INSEGURIDAD, MIEDO, TRISTEZA, IMPOTENCIA Y FRUSTRACIÓN

 "México es un país seguro para invertir", "Está garantizada la paz social para los inversionistas"; dicen autoridades policiacas "reforzaremos acciones de vigilancia para evitar robos a casa habitación"; "mayor presupuesto para seguridad pública"; "se manifiestan colonos por falta de vigilancia"; "aumentan hechos de sangre en el medio rural"; "asesinan a exsecretario del Ayuntamiento"; "Asesinan a alcalde de municipio michoacano".

"Asaltan caravana de paisanos en Zacatecas"; "Comando irrumpe en domicilio y mata a tres hermanos"; "Hallan a hombre muerto dentro de su vivienda"; "sujetos con armas largas asaltan centro comercial"; "Asesinan a hombre joven y su padre resulta herido", "aumenta en 20% el índice de feminicidios en La Laguna"; " delincuencia doméstica amaga a colonias del norte de la ciudad "; "secuestran a dos menores en parque de diversiones"; "acude a consulta médica y al regresar encuentra vacía su vivienda".

Con este tipo de informaciones proporcionadas por los medios de comunicación,  impresos y electrónicos, desayunamos diariamente los mexicanos, pues los hechos suceden a lo ancho- y largo del territorio nacional; no hay lugar en el país en el que no se registren atentados contra la integridad de los ciudadanos en su persona, en sus bienes y en su familia, creando un clima de inseguridad general que produce una psicosis social que se traduce en miedo colectivo en la población que, asustada, no realiza sus actividades cotidianas ni acude a los lugares a donde tiene que ir, con seguridad, confianza y ánimo productivo.

Ciudades que hasta hace relativamente poco tiempo eran seguras y tranquilas, hoy no escapan a los hechos criminales protagonizados por los carteles de la droga que se disputan los territorios, convirtiendo a los pueblos en campos de batalla en los que la vida de los habitantes está expuesta al peligro, y en muchas ocasiones han resultado personas inocentes, como mujeres y niños, víctimas del fuego cruzado de estas bandas de forajidos que tienen secuestrado al país y a sus instituciones.

La situación caótica que vive México entero, en plena época navideña, fecha motivo de alegría, de convivencia familiar, estrechando los lazos que nos unen: la alegría deviene en tristeza de la gente que ve con angustia que nuestra querida República está desprotegida, que no hay quien la defienda.

Es la impotencia de un pueblo noble y trabajador que observa cómo sus autoridades no pueden con el crimen en todas sus expresiones, cuyas cabezas principales se sienten intocables porque gozan de la protección y favoritismo de algún personaje encumbrado en los elevados ámbitos del poder y del dinero.

Todo esto desemboca en ira y frustración que obliga a la ciudadanía hacer la siguiente reflexión: ¿En qué basa el gobierno de la República su incomprensible optimismo, cuando afirma sin enfado alguno que ha acabado con las bandas de criminales y que en México hay seguridad y respeto a la vida de las personas? Según información periodística en los Estados de Sinaloa, Michoacán, Sonora, Zacatecas, sus habitantes viven la violencia como una normalidad, pues se hallan prácticamente secuestrados por las bandas de forajidos y rufianes que han hecho del crimen, del asalto, del delito, su modus vivendi.

Ciudades, hasta hace relativamente pocos años eran consideradas como verdaderos paraísos porque en ellas había seguridad y tranquilidad y eran vistas por los turistas como lugares ideales para vacacionar, hoy lamentablemente ya también tienen los ojos de los bandoleros puestos sobre ellas para convertirlas en campos de batalla. Hablamos de Cuernavaca, San Miguel de Allende, Jerez, Taxco, Pátzcuaro, León, Guanajuato, entre otras.

No olvide la titular del Poder Ejecutivo Federal que una de las principales obligaciones constitucionales del Estado, tal vez la primera, es garantizar el pleno ejercicio de los derechos subjetivos públicos, para que la población pueda desarrollar sus actividades con seguridad y confianza. El país necesita paz, armonía entre sus habitantes, que los protagonistas de la política partidaria dejen de enfrentarse para que el Estado pueda realizar los altos fines que históricamente está obligado a cumplir: el bien común y la paz social.

r_munozdeleon@yahoo.com.mx

Leer más de Columnas la Laguna

Escrito en: Columnas editorial

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas la Laguna

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2434799

elsiglo.mx