'Para mí es vida andar aquí en el panteón'
Después del Día de Muertos, el silencio reina en el Panteón Municipal número 1, construido en 1894 al poniente de Torreón, en la colonia Aquiles Serdán y donde la muerte es protagonista. Higinio García Orozco es sepulturero desde hace 20 años e irónicamente, en el cementerio se siente más vivo que nunca; es como su segundo hogar y dice que estar rodeado de miles de personas difuntas, le da tranquilidad.
El oficio, que recae principalmente en la preparación de las tumbas para las inhumaciones, exhumaciones y en la limpieza y mantenimiento del camposanto, lo heredó. Primero fue su abuelo Felipe y después Higinio García Méndez, su padre. "Para mí es vida andar aquí en el panteón, me gusta mucho mi trabajo", afirma.
Higinio es de buen trato. Tiene un mapa mental de cada rincón del panteón y mientras hace los recorridos de 8 de la mañana a 3 de la tarde y realiza labores de limpieza, disfruta de la calma del panteón, y del canto de los pájaros, aunque hay ocasiones que lo invade la nostalgia.
Este cementerio no solo está grabado en su memoria por el oficio, sino porque en él, yacen los restos de Ángel y Toño, dos de sus hermanos y que en vida, también fueron sepultureros. "Este panteón, hasta el final nos va a seguir uniendo", expresó.
El sepulturero añade que además de los vestigios materiales, el panteón municipal número 1 está lleno de historia, memoria, leyendas y misterios.
Higinio recuerda que en este lugar, descansan los restos de Cesareo González, mejor conocido como el "Médico Asesino" y pionero de la lucha libre mexicana, de la cantante lagunera Susana Ortíz, de Néstor López "Piolín" de La Mera Vena y del general Gregorio A. García, entre otros personajes importantes.
En soledad
En la fosa común, también reposan cuerpos de personas que no han sido identificadas o reclamadas por sus familias.
El sábado uno de noviembre, la Dirección de Panteones Municipales e integrantes de colectivos de búsqueda de personas desaparecidas, llevaron a cabo un acto de memoria para pedir por el descanso de las almas sin identificar.
El sepulturero estuvo presente y rompió en llanto. Con la voz entrecortada, dijo que es muy triste, porque son personas que fueron enterradas en soledad, sin algún rezo o una flor.
La última morada
Higinio, comenta que su trabajo se asocia con el dolor y la muerte, pero que siempre lo ha hecho con dedicación y respeto, además de que se ha convertido en una forma de vida que se replicará en las próximas generaciones, pues su hijo Luis Gustavo es velador de este lugar y algunos de sus sobrinos, realizan diversas funciones en el panteón municipal número 2, de la colonia Santiago Ramírez.
Aunque ya terminó la celebración por el Día de Muertos, invitó a las familias laguneras a no abandonar las tumbas, pues al final de cuentas, el cementerio es la última morada de todas aquellas personas que se adelantaron en el camino.
"Procuren a sus familias, vengan al panteón, no le tengan miedo, denles mantenimiento a las lápidas para que estén vivas, esta es la última casa que vamos a tener en la tierra y donde recordamos a nuestros seres queridos", concluyó.