LO QUE IMPLORA TU PERRO
Ahora que llegué a tu casa por azares del destino, y no habías tenido la experiencia de tener una mascota, cuídame.
No soy un juguete, soy un ser vivo que sufre y siente. También puedo reír y ser feliz.
Dame agua limpia, alimento para perros o simplemente comida nutritiva; un techo abrigador o cartones para dormir.
Si me llevas a pasear, ponme un collar y una correa. No me amarres, y nunca me subas a la azotea. Las inclemencias del tiempo son fatales, y el olvido hará que no vuelvas a cuidarme; enfermaré y moriré poco a poco.
Necesito hacer ejercicio: dedícame unos minutos de tu tiempo, llévame a caminar. Te olvidarás de tus problemas y alegrarás tu corazón.
Llévame al veterinario; él me vacunará y me mantendrá libre de bichos. Jamás seré un riesgo para ustedes ni para otros perros. Me hará sentir bien cuando tenga dolor y me pondrá una placa de identificación.
Nunca me maltrates ni me pegues.
Tenme paciencia, que yo aprenderé todo lo que me enseñes.
Con golpes jamás entenderé; al contrario, tendré miedo y me volveré huraño y sumiso… y aun así, jamás intentaré morder la mano de quien me alimenta.
No olvides que lo más importante es el amor.
Seré un buen compañero en tu soledad. Aliviaré tus penas, no te abrumaré con una charla insulsa; respetaré tu silencio al contemplarte, permaneciendo callado, siempre a tu lado.
Si llegas a cansarte de mí y ya no me necesitas, no me eches a la calle, abandonándome a mi suerte.
Recuerda que no soy autosuficiente y siempre dependí de ti.
Busca a alguien que practique la piedad y que me albergue, pues ya no soy un perro joven: dediqué los mejores años de mi vida a complacer a mi amo.
Hay gente piadosa en este mundo que me recibirá con alegría. Haz un pequeño esfuerzo y dame en adopción.
Si te queda algo de consideración en el alma, nunca me dejes en la perrera.
Solo te pido una cosa: al llegar a viejo, si ves que sufro, no dudes en llevarme al veterinario.
Él te dirá lo que debes hacer.
Recuerda que no es importante seguir viviendo con sufrimiento, sino seguir viviendo con calidad de vida.
¡La muerte es el único dolor que el perro causa a su amo, y no por culpa suya!
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