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Perfume de violetas, el aroma de la desigualdad

Yessica y Miriam se hacen amigas desde su primer encuentro en la secundaria. Su amistad florece a pesar de que su situación familiar y económica no podría ser más distinta, sin embargo, poco a poco esas diferencias cobran peso.

Perfume de violetas, el aroma de la desigualdad

Perfume de violetas, el aroma de la desigualdad

IGNACIO QUIROZ GONZÁLEZ

Es 2001. El nuevo cine mexicano está en auge con películas de alta calidad que retratan la cultura mexicana y el ambiente sociopolítico de su tiempo. Dos de las más grandes exponentes de esta corriente, Y tu mamá también (Alfonso Cuarón) y Amores perros (Alejandro González Iñárritu) se han estrenado ese mismo año. Es la 43° edición de los Premios Ariel en el Palacio de Bellas Artes. Esa noche el largometraje Perfume de Violetas (Maryse Sistach) es nominado junto a Amores Perros a Mejor Película. Aunque no gana en esa categoría, es premiada cinco veces en otras: Mejor Actriz, Mejor Coactuación Femenina, Mejor Guion Original, Mejor Diseño de Arte y Mejor Vestuario.

La cinta retrata la amistad entre dos chicas de secundaria que viven circunstancias socioeconómicas diferentes. Inspirada en una nota roja francesa sobre una joven que mató a otra en una pelea por un perfume, Maryse trabajó la idea con el guionista José Buil y desarrollaron la historia en el contextode la capital de México, el entonces Distrito Federal. Tanto la experiencia individual de las protagonistas como su relación son el centro de la narrativa, que puede que remita a las vivencias de la directora a esa edad. Sea cual sea el caso, es un hecho que se trata de dos adolescentes vulnerables en un país que las hace enfrentarse a situaciones de machismo, desigualdad y abusos, poniendo a prueba su amistad.

OBLIGADA A MADURAR

Empezamos con una secuencia de créditos presentados sobre un collage compuesto de notas periodísticas sobre ataques a mujeres, junto a fotografías de los personajes en diversos momentos de la película. Enseguida se nos introduce a Yessica (Ximena Ayala), una chica de alrededor de 14 años, quien es acompañada a la escuela por su madre, Elsa (María Rojo), con la que parece tener una relación tensa, pues la mujer le va señalando a su hija los defectos en su comportamiento que la tienen harta.

Yessica le reclama a su madre cómo prioriza a su padrastro (Eligio Meléndez) y a su hermanastro mayor, Jorge (Luis Fernando Peña), antes que a ella. Elsa la entrega en la entrada de la escuela a una maestra: “Ahí se la encargo, ¿eh?”, no sin antes despedirse con un cariñoso beso en la frente. Mientras la profesora encamina a la alumna al interior del plantel, le pide, con un tono de voz firme, que llegue temprano al siguiente día y que no acuda maquillada de tan singular manera.

La joven es de clase media baja; vive en una casa modesta que se sitúa por debajo del nivel de la calle. El rol de Yessica en la familia incluye muchas responsabilidades, simplemente por ser mujer. Se le pide cuidar de sus hermanastros pequeños y atender las necesidades de Jorge, quien la trata groseramente sin que se le llame la atención; al contrario, es a ella a quien se le reprende si no cumple lo que él le pide. Este ambiente le exige a Yessica madurar prematuramente, ante lo cual adopta una actitud de protesta. Algo que refleja mucho su conflicto interno, su rechazo a crecer, es que orina la cama por las noches.

Su forma de hablar y su actitud por demás rebelde le acarrean problemas tanto con su madre como en la escuela. La lógica de los adultos es que no hay razón para que una chica se comporte de ese modo, sin entender que es una conducta derivada de las circunstancias en su hogar.

La familia ve como posible solución que la adolescente deje de estudiar y se ponga a trabajar. Sin embargo, siguen pasando por alto el trato inhumano que su hermanastro le da, como si fuera su esclava que le tiene lista la ropa y la comida. Incluso llega un puntoen que Jorge se atreve, por medio de argucias, a aceptar dinero de un chofer de autobús para que lo ayude a abusar de ella.

Empatizar con Yessica no es difícil. Nos compadecemos de su situación y le deseamos lo mejor; comprendemos de dónde viene su personalidad: su rebeldía es una protesta a crecer y una manera de aferrarse a su inocencia.

DESARROLLO REPRIMIDO

Miriam (Nancy Gutiérrez) es la coprotagonista de esta historia. Se nos presenta a través del punto de vista de

Yessica cuando entra al salón. Yessica se sienta detrás de ella y el aroma de su cabello inmediatamente llama su atención. “Hueles bien bonito”, le dice, y toma un mechón para olfatearlo. Aquí empieza su amistad. Al siguiente día, su nueva amiga le da un frasco con la fragancia que usa: es perfume de violetas.

La vida de Miriam es muy distinta. Vive en un departamento en un segundo piso con su madre soltera, Alicia (Arcelia Ramírez), con quien lleva una relación muy cercana, de apoyo mutuo. La adolescente tiene una habitación propia donde tiene su ropa, juguetes,  maquillaje, útiles escolares y hasta un baño con tina. Sin embargo, Alicia muestra una constante preocupación por su hija, por lo que le prohíbe tener novio o realizar actividades por las tardes que puedan ponerla en cualquier clase de riesgo.

Aun así, las dos jóvenes conviven estrechamente. Se maquillan, fuman, escuchan música, hablan con groserías… actividades que para la mamá de Miriam son para adultas y para la madre de Yessica son actitudes infantiles.

EL MONSTRUO VERDE

Un “pesero” avanza por una estrecha calle acechando a las chicas. A bordo solamente va Topi, el conductor, acompañado de Jorge. Todo indica que tienen oscuras intenciones hacia Yessica. Les dan alcance. Miriam logra huir, pero su amiga queda en manos de Topi y, a puerta cerrada del vehículo, es violada ante su hermanastro. Jorge se compra un par de tenis nuevos con el dinero que le da el chofer.

La tragedia de este momento no reside sólo en el acto, sino en que la protagonista no puede denunciarlo. Se apoya en Miriam, a quien le explica que levantar la voz ante el abuso provocaría una disputa más grande en su hogar. La vergüenza, ira e impotencia nublan el juicio de Yessica, quien sólo puede pensar en la venganza.

DEL OLFATO NACE LA ENVIDIA

El aroma juega un rol sutilmente importante en la trama, ya que todo lo que representa Miriam para Yessica se refleja en su olor y todo lo que le avergüenza a Yessica teme que se pueda percibir en el suyo. Por ejemplo, después de ser violada en el pesero y antes de contarle el horrible incidente a su amiga, se le acerca y le pregunta: “¿No huelo raro?”.

Cuando en la clase de educación física aparece una mancha de sangre en la falda blanca de la protagonista, sus compañeras la señalan de tener mala higiene. Tras la humillación, esa misma noche orina la cama. Jorge se percata del olor y se burla de ella diciéndole “miona”.

En una ocasión que entra a la habitación de Miriam por la ventana, Yessica se toma un momento para bañarse en perfume.  Compartir el aroma de su amiga es una forma de permanecer en un mundo donde puede conservar su inocencia.

La obsesión con el aroma a violetas la lleva a engañar y traicionar a su compañera en una visita de ambas al mercado, donde se encuentra un perfume, lo roba y deja atrás a Miriam a merced de los vendedores, que la retienen y obligan a pagar por el hurto. Al día siguiente, Yessica usa la fragancia.

Este último suceso nos lleva al desenlace de la película, una pelea por un perfume impulsada por malentendidos y rencores surgidos del contexto social de las dos chicas, una tragedia irreparable que nos hace reflexionar sobre lo difícil que es juzgar a alguien como víctima o victimario, más ante la compleja realidad que puede llegar a vivir una mujer joven en México.

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