Cultura Cultura LITERATURA Columnas

Cultura

José Luis Barros Horcasitas profesa su gran pasión por la ópera

José Luis Barros Horcasitas, presidente de Pro Ópera A. C., conversó en exclusiva sobre el arte dramático

Raíces. Tenía doce años cuando la ópera lo flechó. Sus padres profesaban la melomanía como una religión sonora y asistían a los teatros en Ciudad de México.

Raíces. Tenía doce años cuando la ópera lo flechó. Sus padres profesaban la melomanía como una religión sonora y asistían a los teatros en Ciudad de México.

SAÚL RODRÍGUEZ

En México hay ópera. Tanto en la capital como en el resto del país, hay ópera. Se extiende, se diversifica. Los teatros la reciben. Se imparten talleres, cursos, seminarios. Los críticos publican libros. Es tema en los cafés. En ella viven los textos de los grandes libretistas, las partituras de los grandes compositores. Es el arte total que lo incluye todo: música, literatura, desarrollo escénico, vestuario, escenografía. El aria, el leitmotiv, las oberturas que introducen a un drama casi siempre muy humano.

José Luis Barros Horcasitas (Ciudad de México, 1949), presidente de Pro Ópera A. C., visitó Torreón el pasado 28 de agosto para entablar un diálogo con el director de orquesta Iván López Reynoso, en las instalaciones de esta casa editora. Antes de salir a escena, en una oficina convertida en camerino, rodeado por libros y recuerdos familiares, el maestro habló de ópera. Si antes se montaban ópera exclusivamente italiana, hoy es posible encontrar alemana, francesa, latinoamericana, estadounidense e incluso rusa.

"Inclusive es mejor noticia que está empezando a proliferar la ópera con pequeñas compañías. Algunas financiadas por la iniciativa privada, otras con apoyo de gobiernos estatales y municipales, en varios lugares de la república".

UN AMOR DRAMÁTICO

Tenía doce años cuando la ópera lo flechó. Sus padres profesaban la melomanía como una religión sonora y asistían a la ópera en Ciudad de México. No obstante, cuando José Luis Barros Horcasitas cumplió esa edad, su madre se propuso dejar de ir para estudiar antropología. Pero su padre, quien había perdido un ojo, necesitaba a alguien que lo acompañase al teatro.

"Entonces, mi mamá me llamó y me dijo: 'A partir de ahora, tú acompañas a tu papá a la ópera. Y en esa época, a los papás sólo les podíamos decir dos palabras: 'sí, mamá' o 'sí, papá'. Comencé a ir con mi padre a la ópera. Había tres temporadas al año. Íbamos los domingos y él me corría el privilegio de que me llevaba a mí solo, lo cual era una gran distinción. Me platicaba lo que íbamos a ver, me explicaba y me introducía a lo ópera".

Ante la llegada de la adolescencia, José Luis Barros Horcasitas aprendió a disfrutar el género operístico que acabó por gustarle. Desde entonces, cada vez que puede, asiste a un teatro y presta atención a lo que ocurre en escena. Es su pasión, su afición, pero también su trabajo. Licenciado en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con maestría y estudios de Doctorado en Historia por la Universidad de Oxford, desde enero de 2024 es el presidente del Consejo Directivo de Pro Ópera A. C.

"La iniciativa de fundar Pro Ópera surge hace exactamente 40 años, con un grupo obviamente de amantes de la ópera, algunos de ellos muy conocedores se percataron de un vacío en el ámbito de la cultura mexicana: la promoción de la ópera. Y entonces, se constituyó en una asociación civil sin fines de lucro. Poco después obtuvieron la calidad de donatarios, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Y esta asociación se formó con dos objetivos esenciales: difundir la ópera y promoverla en México".

EJEMPLOS A SEGUIR

¿Qué ejemplos de óperas alrededor del mundo son relevantes para José Luis Barros Horcasitas? El maestro acentuó las casas de Estados Unidos y Europa, las cuales, aunque funcionan con modelos distintos, se mantienen vigentes y en operaciones sin ningún contratiempo.

"La ópera del Metropolitan de Nueva York es de buena calidad, nada más, aunque en ocasiones te encuentras cosas extraordinarias. He disfrutado mucho la ópera italiana en Italia, la ópera alemana en Alemania o en Austria, la ópera francesa en París. Y hay muchas casas de ópera medianas que presentan programas o temporadas con muy buen nivel. Entonces, nada más por decir algo, en Estados Unidos hay 125 casas de ópera, y algunas llevan el número hasta 180. De esas 125, hay 30 o 40 que son muy buenas, y las tradicionales con más historia (Nueva York, Chicago, San Francisco, Los Ángeles). Pero, detrás de ellas, hay una enorme cantidad de casas de ópera que lo hacen muy bien".

José Luis Barros Horcasitas ve en estas casas estadounidenses un modelo a seguir: reciben apoyo de sus comunidades, donaciones de la gente con mayor ingreso económico a través de mecenazgos y patronazgos, y muy poco apoyo gubernamental. Eso las coloca por encima de los vaivenes de la política y permite un funcionamiento más independiente.

"En países como el nuestro y en el resto de América Latina, estamos un poco más atados a las peculiaridades que puede tomar el rumbo de la política cultural en un gobierno o en otro. Entonces, esa figura que se ha desarrollado en Estados Unidos es realmente muy atractiva. Tal como lo es, en otro sentido, la figura que hay en varios países de Europa, que dependen mucho, pero están asegurados, del subsidio gubernamental. Y digo que están 'asegurados' porque a ningún gobierno sensato en Alemania se le ocurría retirar los fondos para la ópera, sería una decisión muy impopular".

¿Y EN MÉXICO?

José Luis Barros Horcasitas divisó que la ópera en México vivirá muy buenos años. Razones hay varias. En primer lugar, aseguró, comienza a proliferar la generación de buenos cantantes, pues el país es una cantera de voces de distintas tesituras (Javier Camarena, Rebeca Olvera, Rolando Villazón, Ramón Vargas, entre otros).

"México es conocido por sus tenores, pero hay otros muy buenos cantantes, hombres y mujeres de otras tesituras".

Además, el maestro también resaltó la joven generación de directores de orquesta que ha comenzado a brillar con nombres como Iván López Reynoso o Roberto Kalb, actual director musical de la Ópera de Detroit, quienes han colocado a México dentro del panorama internacional de la música.

"Y siento que hay una mejor disposición para recibir y conocer versiones un poco más modernas, más ríspidas de distintas óperas. Entonces, podríamos aventurar que, en los siguientes diez años, la ópera en México va a mejorar mucho y se va a extender todavía más. Hoy ya mencioné algunos estados de la república donde ya hay un arte lírico de buena calidad, y creo que eso va a crecer".

El Siglo de Torreón / Enrique Castruita
El Siglo de Torreón / Enrique Castruita

Leer más de Cultura / Siglo plus

Escrito en: Cultura ópera música

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Cultura

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Raíces. Tenía doce años cuando la ópera lo flechó. Sus padres profesaban la melomanía como una religión sonora y asistían a los teatros en Ciudad de México.

Clasificados

ID: 2412267

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx