¿Qué dice tu ahorro sobre tu futuro?
Cada 31 de octubre, mientras el mundo celebra Halloween entre disfraces y dulces, otra fecha de gran relevancia suele pasar desapercibida, el Día Mundial del Ahorro. Esta conmemoración no solo invita a pensar en el dinero, sino en lo que representa en cuanto a seguridad, tranquilidad y libertad para decidir sobre nuestro futuro.
Ahorrar no es guardar lo que sobra. Es un hábito que nos protege ante imprevistos, nos aleja de deudas innecesarias y nos acerca a metas importantes como comprar una casa, emprender un negocio, viajar o pagar la educación de nuestros hijos. En esencia, ahorrar es una forma de tomar el control de nuestras decisiones y no depender de otros.
En México, el panorama del ahorro revela desafíos importantes. Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024, apenas el 66% de la población tiene algún tipo de ahorro. De ese porcentaje, el 58% lo hace de manera informal, guardando dinero en casa, participando en tandas o en cajas de ahorro comunitarias. Solo el 30% utiliza medios formales como cuentas bancarias o de nómina.
Los motivos para ahorrar varían. Quienes lo hacen de forma informal suelen destinarlo a gastos personales, emergencias, mejoras en la vivienda o educación. En el caso del ahorro formal, las prioridades se centran en emergencias, gastos personales, mejoras en el hogar y educación. Esta diferencia refleja no solo el acceso a servicios financieros, sino también la percepción del ahorro como herramienta de planificación.
Los instrumentos utilizados también muestran una fuerte inclinación hacia métodos tradicionales. En el ahorro informal predominan prácticas como guardar dinero en casa, participar en tandas o confiar en familiares y conocidos. En contraste, el ahorro formal se apoya en cuentas de nómina, cuentas de ahorro y cheques, aunque aún es bajo el uso de inversiones o depósitos a plazo.
Ante este panorama, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) propone una serie de pasos sencillos para fomentar el hábito del ahorro. El primero es separar una cantidad fija cada vez que se recibe dinero. Luego, tratar ese ahorro como un pago obligatorio, algo que se hace por uno mismo. Convertirlo en rutina es clave: hacerlo siempre, aunque sea poco, hasta que se vuelva automático. Elegir dónde guardarlo también es importante, ya sea en una cuenta básica, de nómina o en instrumentos de inversión. Finalmente, permitir que ese ahorro crezca, ya que con el tiempo puede generar más dinero si se invierte adecuadamente.
Lo más importante no es cuánto se ahorra, sino empezar hoy. El Día Mundial del Ahorro es una invitación a actuar, a pensar en el futuro con responsabilidad.