Esta tendencia llega desde el viejo continente. Créditos: Twitter @zenektonieten
En un mundo donde las tendencias virales parecen no tener límites, ha surgido una práctica que está dividiendo opiniones en las redes sociales y las calles de Europa. Se trata del "Hobby Dogging", una moda nacida en Alemania que consiste en simular el paseo de un perro inexistente, utilizando correas vacías y replicando los movimientos y cuidados que requeriría una mascota real.
Hobby Doggin, la tendencia de pasear perros imaginarios
Inspirado en el Hobby Horsing (donde personas compiten saltando obstáculos con caballos de madera), el Hobby Dogging lleva la simulación a un nivel cotidiano. Los practicantes salen a parques y avenidas portando arneses o correas que cuelgan hacia el suelo como si estuvieran sujetando a un animal. Durante el trayecto, realizan gestos de interacción: se detienen para que el "perro" haga sus necesidades, le dan órdenes imaginarias e incluso simulan recoger desechos con bolsas plásticas.
Aunque para muchos transeúntes resulta una imagen desconcertante, quienes lo practican defienden esta actividad basándose en tres pilares fundamentales:
- Salud mental y bienestar: para personas que sufren de soledad o ansiedad social, el acto de pasear les brinda una excusa para salir de casa, socializar con otros humanos y seguir una rutina estructurada sin la responsabilidad financiera o el compromiso de tiempo que exige un ser vivo.
- Ejercicio físico: es una forma lúdica de combatir el sedentarismo. Al simular el paseo con el perro, las personas caminan distancias considerables que, de otro modo, no recorrerían.
- Sustitución responsable: algunos participantes son amantes de los animales que, por normativas de sus viviendas o falta de recursos económicos, no pueden tener un perro real, encontrando en esta simulación una vía de escape emocional.
Como era de esperarse, el fenómeno ha encendido el debate en plataformas como TikTok e Instagram. Mientras algunos psicólogos lo ven como una herramienta inofensiva de coping (afrontamiento), los críticos lo señalan como una muestra de la desconexión social moderna y una excentricidad innecesaria. Lo cierto es que, guste o no, el Hobby Dogging está ganando terreno como una nueva forma de expresión urbana que desafía nuestras nociones de normalidad en el espacio público.