¿Qué multa podría enfrentar Bad Bunny por tocar pieza prehispánica en México?
Más allá de sus conciertos en el Estadio GNP Seguros, Bad Bunny generó polémica tras visitar el Museo de Antropología en CDMX y tocar una estela maya protegida oficialmente resguardada.
El gesto, captado por visitantes, provocó reacciones inmediatas en redes sociales, donde especialistas recordaron que el contacto con piezas arqueológicas está restringido por ley para preservar su integridad histórica y cultural.
Aunque el artista retiró la mano tras la advertencia de custodios, el incidente abrió el debate sobre posibles sanciones administrativas y la responsabilidad pública de figuras influyentes al interactuar con el patrimonio nacional en espacios culturales oficiales mexicanos protegidos.
Marco legal tras el incidente de Bad Bunny en museo
La acción de Bad Bunny en el Museo Nacional de Antropología abrió un debate sobre las consecuencias legales de interactuar con bienes arqueológicos protegidos en espacios públicos de México.
La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos contempla sanciones severas para quien dañe, altere o destruya piezas arqueológicas, con penas que van de uno a diez años de prisión, además de multas económicas que pueden alcanzar el valor total del daño ocasionado.
No obstante, el INAH confirmó que, tras una inspección técnica, no se detectó daño estructural en la estela, por lo que la intervención del artista fue considerada mínima y sin afectación física al patrimonio.
INAH responde a polémica por gesto de Bad Bunny
El INAH aclaró, mediante un comunicado oficial, que las piezas arqueológicas y artísticas exhibidas en museos no deben tocarse, y que las normas de conservación aplican por igual a todos los visitantes.
El organismo subrayó la importancia de respetar los protocolos para evitar deterioros irreversibles en bienes patrimoniales, recordando que incluso acciones breves pueden causar daños acumulativos difíciles de revertir, según criterios técnicos internacionales vigentes y recomendaciones museológicas actuales.
La acción de Bad Bunny detonó un debate persistente en redes sociales, entre quienes exigen ejemplo público en espacios culturales y quienes minimizan el incidente como una falta menor sin consecuencias.