Salgamos del juego maniqueo. ¿Está tomando Sheinbuam decisiones que corrigen el rumbo del país? Sí. La más evidente es el giro en seguridad. Hay muchas incógnitas: la disminución de homicidios, pero el aumento de desaparecidos. Hay otras. Sea como sea, México regresa a la prueba de PISA. Pero, ¿fue decisión del Secretario de Educación o acatamiento de una orden Judicial? El abasto de medicamentos es otro ejemplo, no ha encontrado solución, pero la actitud es otra: se admite el problema y se anuncian medidas con fechas de entrega. Aceptar que la tragedia de Acapulco es estatal y nacional. ¿Habrá una nueva política energética?
Pero en paralelo hay otras medidas que desconciertan, que ratifican un rumbo suicida. Seguir e incrementar la transferencia directa de recursos a la población, ratifica la vía populista que no mira al largo plazo. Sin mejor educación, con un presupuesto reducido, la movilidad social, el avance real de los desfavorecidos, es engaño. La titubeante posición oficial hacia el caso del exgobernador de Morelos, justo en los días previos al 8 M, desconcierta. Lo mismo ocurrió con la actitud hacia las "madres buscadoras". Con un simple gesto presidencial, hubiera podido troquelar un cambio. Ellas buscan incansables con el imbatible corazón, pero sin el apoyo de tecnologías y recursos gubernamentales. El crecimiento exponencial de las fosas clandestinas, de ese horror humano que no encuentra palabras, se duplicó durante el sexenio pasado.
Es evidente que las presiones del expresidente la obligan a caminar con precaución. Pero esa precaución es la que pudiera hundir su paso por la presidencia. Justo ahí surgen las dudas. Los Estados Unidos establecieron una clara diferencia en su cruzada arancelaria entre otros países y México. En los documentos iniciales el quid pro quo quedó en negro sobre blanco: para México aranceles hasta que demuestren que de verdad combaten el tráfico de drogas -fentanilo en particular- que está matando a nuestros conciudadanos. La reacción del gobierno federal fue inmediata: incrementar las negociaciones, el cruce de información y el ilegal envío de los 29 capos. Pero en paralelo el hijo del caudillo fue a registrar a una de las fichas más identificadas con esa actividad como militante de MORENA. Cuál necesidad. Qué ocurrió en ese caso, no pudo o …no quiso.
Esa duda es la que corroe hoy a México generando una enorme incertidumbre. Si no pudo, la lectura es clara: está maniatada. Si no quiso frenar la afiliación, es señal de su membresía a la misma pandilla, piensa lo mismo, sea conveniente para México o no. En ese caso estamos ante un problema mayúsculo. La presidenta sólo actúa de manera correctiva bajo una enorme presión: la exigencia de Trump -política de seguridad-; el enojo de la población por la carencia de medicamentos; la orden judicial sobre el examen PISA.
O sea, no estaba convencida.
En abono de esa duda están los casos de la falta de una directriz ética sobre el exgobernador inculpado y las medidas anunciadas ayer sobre los desaparecidos. Entre ellas hay varias muy valiosas, pero entonces, por qué no las aplicaron antes. Carroñeros e hipócritas llamó a quienes difunden esa causa. Tuvieron que aparecer los horrores de las fosas para provocar una reacción. En seis meses no se ve una iniciativa propia y libre. ¿Y las mujeres? Había que proteger las puertas de Palacio. Una reunión hubiera bastado para calmar los ánimos. ¿Qué hacía en el mitin la Gobernadora de Banxico? ¿Es señal?
¿Y la elección del Judicial? La presidenta ha atacado a ese Poder so pretexto de cualquier asunto. Ello implica que está convencida, que todos los argumentos esgrimidos adentro y afuera de México, le importan un bledo. Pero hay dos decenas de entidades que no cuentan con los recursos para llevarla a cabo de manera profesional. De verdad la quiere, que apoye a las instituciones responsables.
La duda sobre sus ambigüedades ahoga a México.
¿Quién es?