Recuerdan a Isabella, fallecida a los 13 días de nacida

 "¡Ay hermanita, cómo quisiera que estuvieras aquí con nosotros!", dice entre lágrimas el pequeño Diego cada que visita la tumba donde descansa Isabella Morales Alcalá, fallecida el 29 de mayo de 2023, tan solo 13 días después de haber llegado al mundo.

Su abuela Isabel Zermeño, cuenta que de toda la familia, él es el que más le llora, pero que lo reconfortan explicándole que ella está en el cielo porque es un angelito, que algún día se volverán a ver y que siempre va a estar en su corazón.

La señora agregó que la partida de su nieta fue la voluntad de Dios y que aunque merecía muchas cosas buenas en la tierra, ahora está en un lugar mejor que los vivos, como lo dice la palabra del Señor.

Ayer primero de noviembre, Día de Todos los Santos, dedicado a los niños o muertos chiquitos, la familia de Isabella acudió al Panteón Municipal número 1 de la colonia Aquiles Serdán de Torreón, para honrar su memoria, con globos de látex y metalizados de diversos colores y flores artificiales.

Fabiola, la madre de Isabella, sus hijos Diego y Ana Isabel así como sus abuelos Isabel y Juan, permanecieron algunas horas en el cementerio, recordando toda la etapa del embarazo y el nacimiento de la bebé.

En su tumba, se hace referencia a la cita bíblica de Mateo 19:14 en la que Jesús dice: Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.

"Nos decían que había sido una negligencia médica porque mi hija necesitaba cesárea y no se la hicieron, inclusive nos decían que porqué no demandábamos al Seguro Social, porque la misma doctora me dijo: 'señora, lastimamos a la niña con los forces (sic)', ella misma lo reconoció. Todo estaba bien, pero ellos la dejaron casi 24 horas. Pero nosotros dijimos que no íbamos a denunciar, porque entonces estaríamos desconfiando de la voluntad de Dios, como si él no hubiera podido hacer algo, pero sabemos que no, que esa fue su voluntad", expresó.

Una niña muy amada La familia vive por la central camionera y se trasladaron hasta el panteón con mucho entusiasmo, pues aunque Isabella ya no está físicamente, siempre será una niña muy amada. Nunca le han reclamado a Dios por habérsela llevado tan rápido, sino al contrario, están agradecidos porque la tuvieron con ellos trece días y después de su fallecimiento, les envió otra bendición que fue Ana Isabel, su hermanita y que ahora tiene un año de edad.

"Entonces vemos ahí el amor tan grande de Dios. Gloria al Señor por lo que él nos da y por lo que nos permite tener", afirmó.

Como esta familia, cientos de personas comenzaron a acudir a los panteones municipales y particulares de la región lagunera, como parte de la celebración del Día de Muertos.

Llegaron con tinas, palas, escobas, sombrillas, flores de cempasúchil y diversos productos alusivos para adornar las tumbas de sus fieles difuntos.

Mientras que al exterior, se observó a una gran cantidad de vendedores ambulantes.