(EL SIGLO DE TORREÓN)
Ubicada en la avenida Morelos, en su tiempo, una de las arterias más visitadas y atractivas de Torreón, entre las calles Falcón y Blanco, en plena zona Centro de la ciudad, esta finca abandonada se ha convertido en el referente urbano del descuido institucional.
Con su fachada desgastada, grafitis y una arquitectura que pide a gritos atención, el inmueble funge actualmente como depósito público de basura, en ocasiones hasta baño improvisado y lienzo del arte marginal. ¿Cuándo fue que el abandono dejó de escandalizarnos?, ¿Cuándo se volvió costumbre ver áreas que afectan la imagen de nuestra ciudad, sin que nadie sienta vergüenza?.
La verdad, no hay mejor postal del fracaso institucional que esta finca en ruinas. Más que una propiedad abandonada, es un monumento a la desidia, una exposición permanente del nulo interés por la imagen urbana, y una bofetada diaria a quienes aún se atreven a creer que esta ciudad puede aspirar a algo más que el deterioro.