
El sistema de presas del río Nazas, El Palmito y Las Tórtolas, están en espera de lluvias.
La esperanza de que las lluvias provocadas por los fenómenos meteorológicos "Priscilla" y "Raymond" pudieran aliviar la situación de las presas Lázaro Cárdenas y Francisco Zarco se ha desvanecido. Las estaciones hidrométricas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) confirman que los escurrimientos esperados no llegaron a la cuenca del río Nazas.
La presa Lázaro Cárdenas, también conocida como El Palmito, ubicada en la sierra de Durango, reporta un almacenamiento de 1,326 millones de metros cúbicos, lo que representa el 44.8% de su nivel ordinario, registra entradas de 20 metros cúbicos por segundo y no presenta extracción.
Por su parte, la presa Francisco Zarco, conocida como Las Tórtolas, situada en la cuenca media del río Nazas, tiene un almacenamiento de 207 millones de metros cúbicos, equivalente al 67% de su capacidad ordinaria. A diferencia de El Palmito, esta presa sí presenta salidas de 2.5 metros cúbicos por segundo para abastecer al programa de Agua Saludable para La Laguna, pero no recibe entradas, lo que podría comprometer su nivel.
Las expectativas de que los huracanes recientes dejaran lluvias significativas en la cuenca alta del Nazas se desvanecieron cuando las precipitaciones se concentraron en el norte de Sinaloa y el sur de Sonora. Según el área de Meteorología de Conagua, no se prevén lluvias importantes en la región de Durango que pudieran generar escurrimientos hacia las presas.
Además, informó que un sistema de alta presión se ha instalado en el norte de México, bloqueando el ingreso de humedad desde el Pacífico y reduciendo la nubosidad en estados como Durango, Chihuahua, Coahuila, Zacatecas y Nuevo León. Esta condición atmosférica complica aún más la posibilidad de lluvias en las zonas de captación.
La falta de escurrimientos y el bajo nivel de almacenamiento en las presas mantienen en suspenso la posibilidad de que La Laguna pueda tener un ciclo agrícola completo en 2026. Para que esto se concrete, se requieren entre 350 y 400 millones de metros cúbicos adicionales de agua.
Este escenario genera preocupación entre los productores agrícolas, quienes dependen del agua almacenada para garantizar sus cultivos.