De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), la palabra "viuda" se refiere a "una persona (generalmente una mujer, aunque también puede aplicarse al género masculino si se usa "viudo") cuyo cónyuge ha fallecido y, por lo general, no ha vuelto a casarse".
Entonces, la viudez es una pérdida y eso conlleva un cambio… En la puesta en escena, Dios mío, hazme viuda por favor, las actrices Margarita Gralia, Azela Robinson, Nicole Vale, Aleida Núñez y Anette Michel imploran este estado civil porque simboliza más una liberación. Pero no sólo es "liberarse" de un hombre, sino de todos los estereotipos sobre ser mujer.
"Las mujeres, en nuestra gran mayoría, no hemos sido enseñadas a amarnos y a lo largo de nuestras vidas ejercemos el mandamiento de amarás al prójimo, pero olvidamos vivir el final de la sentencia: como a ti mismo", es un fragmento del libro Dios mío, hazme viuda por favor de Josefina Vázquez Mota en el cual se basa la obra que le sacó más de una carcajada, pero también hizo reflexionar al público lagunero que se dio cita en las dos funciones ofrecidas ayer, 2 de octubre, en el Teatro Nazas, a las 19:00 y 21:15 horas.
Libro. (Cortesía)
Cada actriz representó una generación distinta que utilizó el escenario como el epicentro de la verdad. Entre desacuerdos y sinceramientos, las cinco mujeres adentraron a los espectadores en cada una de sus historias marcadas por lo impuesto por la sociedad, derivando en un mensaje de empoderamiento.
(El Siglo de Torreón, Ramón Sotomayor)
La producción de Rubén Lara presentó un minimalismo escénico, ya que solo fueron necesarias cinco sillas para crear el ambiente de la historia.
Dentro de la obra hubo distintos cambios de cuadro, en los cuales las mismas mujeres interpretaron a otros personajes, demostrando su poder escénico y versatilidad.
Al finalizar, recibieron ovaciones y varias laguneras expresaron que se sintieron identificadas con alguna de las actrices.
Obra. Las actrices demostraron su versatilidad. (El Siglo de Torreón, Ramón Sotomayor)