Siete veces adiós, una despedida que se canta
Hay trabajos artísticos mexicanos que se deben presumir por todo lo alto y uno de ellos es Siete veces adiós.
La puesta en escena se presentó con gran éxito en el Teatro Nazas, teniendo como elenco a Macarena García, Patricio Gallardo y Rubén Branco.
El montaje, cuyo eslogan es "un musical hecho con el corazón roto", justo provocó que los sentimientos y emociones de los laguneros que lo vieron se desbordaran.
Siendo las 6:15 de la tarde, comenzó la primera función. Las luces se apagaron y así comenzó la historia de Siete veces adiós. Era el momento de dejarse llevar.
Macarena es “Ella” y Patricio es “Él”. Al comienzo de la puesta en escena escrita por Alan Estrada, Jannette Chao, Vince Miranda y Salvador Suárez; ambos atraviesan por un momento difícil, "Ella", desea tiempo y ante este anhelo, "Él" siente que la vida se le rompe en pedazos, pero antes de caminar por separado y no más juntos, deciden revivir los siete momentos más bonitos de su noviazgo, para ver si la llama del amor se vuelve a encender.
El público presenció cómo "Él" le entrega a "Ella" siete sobres. En su interior viene cada uno de esos instantes. El próximo reto: recrearlos, a sabiendas de que no son las mismas personas de antes y además la costumbre los ha llevado al hartazgo.
La trama es sencilla y fácil de conectar con la audiencia, y es que el amor (presente en la vida de todos) en sus distintas perspectivas, nutre los diálogos.
De ahí que el narrador y tercer personaje de la obra, "El amor" (Rubén Branco), diga que la historia mostrada puede ser la de cualquiera.
La calidad histriónica de Macarena y Patricio sale a relucir, ya que lograron provocarles bastantes risas a los espectadores, mientras que los llevan por un viaje lleno de reflexiones.
La trama se presenta con música, pero ni "Ella" ni "Él" cantan, hay cuatro intérpretes que se encargan de las melodías, junto con una orquesta. Las canciones son inéditas, el "soundtrack" se encuentra disponible en Spotify.
"El amor" también funge como conexión entre los cantantes y los actores. El escenario se volvió un estudio de grabación y en una tarima que giraba sucedía Siete veces adiós.
Al final, los actores y cantantes fueron ovacionados por los asistentes, quienes ahora comprendieron si vale o no la pena luchar por el amor.