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Paseo Morelos

'Solo prosperó la vida nocturna' en el Paseo Morelos

La economía dorada del Paseo Morelos no se ha cumplido, a casi una década de su creación

DANIELA CERVANTES

El Paseo Morelos, esa columna vertebral comprendida entre las calles Zaragoza y González Ortega, no brilla hoy como alguna vez se prometió a los comerciantes del sector.

Por el año 2016, los medios locales anunciaron el "Corredor Económico, Turístico y Cultural Paseo Morelos", como se conoció oficialmente, cuyo objetivo era rescatar los espacios públicos del Centro con la promesa de mejorar la vida comercial, social y cultural del corazón histórico de Torreón.

Hubo una inyección de 120 millones de pesos y la esperanza de una economía dorada, auspiciada por el aumento de paseantes esperado. Hoy, casi una década después, es evidente que en esta misma arteria peatonal la promesa de desarrollo salpicó sólo a algunas vértebras, mientras que en otras existe un potencial aún desperdiciado.

De acuerdo con el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), existen sobre esta arteria 192 unidades económicas. De esas, las actividades económicas que más prevalecen son los siguientes: 46 son comercio al por menor, 26 son restaurantes, 13 son bares y cantinas, 9 son cafeterías, fuentes de soda y refresqueras, 7 son consultorios médicos o dentales y 6 que fungen como comercio al por mayor.

Inicia recorrido

Son las diez de la mañana, y arranca el recorrido por  la avenida Morelos, la misma que como dato histórico, es considerada como el primer bulevar de la ciudad, conformado en 1923.

La caminata inicia en la confluencia de las calles Zaragoza hacia la calle Valdés Carrillo. Ahí, una bodega de la empresa Tupperware, el restaurante Los Potrillos, La Casa Morelos (que no hace mucho fue rescatada), el edificio Monterrey, y una sucursal del Scotiabank, parecen custodiar el Hotel Princesa, que pese a ser un edificio histórico y centenario luce descuidado e inactivo. Esta vértebra, cabe mencionar, suele tener más movimiento durante la tarde-noche.

Después de la calle Falcón se encuentran los vestigios del edificio de la empresa Olivetti, y así como este, muchos inmuebles vacíos, la mayoría en venta o renta. (ENRIQUE TERRAZAS)
Después de la calle Falcón se encuentran los vestigios del edificio de la empresa Olivetti, y así como este, muchos inmuebles vacíos, la mayoría en venta o renta. (ENRIQUE TERRAZAS)

La caminata continúa hasta la calle Cepeda, en ese tramo se cruza la Plaza de Armas, un negocio de pizzas, el Palacio Real, el Museo de la Moneda y un edificio de uso municipal. Después, en un primer vistazo, entre la calle Cepeda y la Rodríguez, se contabilizan 16 locales, de los cuales sólo funcionan siete, entre ellos un Telcel, un Oxxo, dos puestos de comida, una heladería y una tienda de vestidos y accesorios.

Hacía la calle Acuña sobrevive el Centro de Estudios Regiomontanos, también una empresa que otorga línea de créditos, una tienda de campismo, otra de arte litúrgico, y una más de deportes. Aparte, un restaurante de comida corrida. Justo en la esquina se anuncia una próxima perfumería árabe, donde anteriormente hubo un negocio de calzado deportivo y de gorras, y donde tiempo atrás además se vendieron bolsas y ropa. En esa cuadra también sobresale el edificio vacío de un banco HSBC extinto. De la Acuña a la Blanco comienzan a aparecer anuncios de "Se vende" en varias propiedades.

Menos personas

En ese tramo del Paseo Morelos, donde el movimiento parece disminuir, destaca un comercio de reparación de computadoras y una pequeña miscelánea atendida por Ricardo, hombre quien lleva más de veinte años instalado en ese espacio.

"Antes de que existiera el Paseo Morelos no había nada. Llegó un momento en que no se movía ni para adelante ni para atrás. Cuando inauguraron el paseo hubo un repunte, pero después volvió a bajar", recordó el comerciante, quien atribuye cierto abandono de las autoridades: "Cuando entregaron la obra estaba muy bien, pero con el tiempo llegó la suciedad y el descuido, y eso afectó la afluencia".

Sobre el aumento de las rentas, que fue un tema frecuente luego de la remodelación de la vía, Ricardo mencionó que en su caso el dueño ha sido muy consciente y que gracias a que no le ha subido la renta ha podido mantenerse.

'No nos abandonen' 

"Nada más que no nos abandonen (las autoridades). También los niños de este sector quieren ver una feliz Navidad. Allá por aquellos lados (más hacía la Plaza Mayor) arreglan, pero acá no. Ojalá nos apoyen con más actividades, alumbrado y seguridad, para que esto vuelva a funcionar", dice Ricardo.

De la calle Acuña a la Blanco comienzan a aparecer anuncios de ‘Se vende’ en varias propiedades. (ENRIQUE TERRAZAS)
De la calle Acuña a la Blanco comienzan a aparecer anuncios de ‘Se vende’ en varias propiedades. (ENRIQUE TERRAZAS)

Después de esa breve charla, la avanzada de El Siglo de Torreón continuó hacía la calle Falcón, ahí se observó una cantina, una tienda esotérica, un indigente acostado en el suelo, una tienda de ropa, un restaurante, una óptica, un estudio de fotografía, una tienda de vestidos de 15 años, un Oxxo, y los vestigios del edificio de la empresa Olivetti. Destaca que esa hora, ya casi las once de la mañana, pocas personas caminan por la avenida.

Al caminar para la calle Treviño, la mezcla de negocios resulta interesante: una notaría, una financiera del Bienestar, donde antes era un Telecom, una tienda de Aldo Conti, una Bip's y el emblemático Hotel Nazas. En esa cuadra también se ubica Gamma Culture Bar, una célula de inclusión social y cultural que se activa sólo durante la noche. Además, aquí destaca un espacio que desde hace un año abrió sus puertas a las expresiones artísticas de la región: Fábrica de Arte.

"Es un concepto de cafetería donde la gente puede reunirse a leer libros. Tenemos un escenario donde se hacen presentaciones musicales, de cine y de teatro", contó Elisa, encargada del lugar.

Ubicados en una parte del paseo más tranquilo, reconocen que el flujo de personas aumenta principalmente en las noches y fines de semana.

Un factor que los ha ayudado a sostener el proyecto, reconoció Elisa, es que no pagan renta por el espacio. "Eso nos ha permitido seguir", así como este diario siguió el recorrido para dirigirse a la calle Ildefonso Fuentes.

En esa cuadra se observa un restaurante de desayunos y comidas completamente vacío, una tienda de aparatos de sordera, una zapatería Moderna, el restaurante La Postrería, y enfrente otro edificio vacío.

En ese mismo tramo, entre el Hotel El Paso, el Templo Metodista San Pablo y un restaurante con apenas dos comensales, perdura La Tinta Cafebrería, un concepto de librería independiente liderada por Fernando de la Vara, quien lleva más de una década resistiendo desde el corazón del paseo.

"Comencé a rentar un espacio aquí en 2014, cuando todavía existía el camellón y se podía estacionar", recordó, "el proyecto nos lo presentaron como un corredor cultural, con foros, tiendas, eventos artísticos... pero conforme avanzó la obra vimos que no iba a ser así. Lo que prometieron y lo que entregaron fueron cosas muy distintas", dice de la Vara, quien señaló que, salvo en los primeros años, nunca ha habido un diálogo real entre locatarios y autoridades.

Desde su perspectiva, el paseo benefició principalmente a los negocios ubicados entre la Plaza Mayor y la Alameda, mientras que el tramo poniente quedó rezagado.

"De este lado hay abandono. Pareciera que sólo prosperó la zona con vida nocturna, mientras que acá seguimos sobreviviendo los proyectos culturales y los negocios pequeños".

Aun así, La Cafebrería ha logrado sostenerse gracias a una comunidad fiel y al esfuerzo constante. El también escritor lanzó una reflexión que condensa la experiencia de quienes aún resisten en la zona.

"Yo sólo les pediría a quienes planearon este proyecto que se acerquen a conocer las necesidades reales de quienes habitamos y trabajamos aquí. No se trata de imponer lo que ellos creen que necesitamos, sino de escuchar a quienes vivimos la zona día a día", dijo de la Vara.

Desde este punto y hasta la calle Mina y Colón, está lo que se conoce como una zona de bares, que contrasta con la ubicación del Obispado y con varios locales que también muestran letreros de "Se vende" o "Se renta".

El Paseo Morelos, a pesar de los datos oficiales, más que un corredor turístico y cultural, parece un proyecto que no terminó de cuajar, la esperanza de una zona dorada que se quedó a medias, entre claroscuros.

Para saber del Paseo Morelos

 En 1923, cuando era presidente municipal Nazario Ortiz Garza, se creó esta vialidad, proyectada como un bulevar, con sus palmas. La Morelos estuvo en apogeo comercial durante las siguientes décadas.

 El 28 de noviembre de 2016 fue inaugurado el ‘Corredor Económico Turístico y Cultural Paseo Morelos’, obra que implicó una inversión de 120 millones de pesos.

 En septiembre de este 2025, el Ayuntamiento de Torreón anunció obras proyectadas de restauración del Paseo Morelos.

 Locatarios se han quejado de la falta de árboles y sombras que motiven a la población a transitarlo durante las horas del día.

Muchos edificios lucen vandalizados, abandonados, en una arteria que hace décadas tuvo un impulso comercial relevante, pero que hoy luce vacía, sin comercios ni paseantes. (ENRIQUE TERRAZAS)

Muchos edificios lucen vandalizados, abandonados, en una arteria que hace décadas tuvo un impulso comercial relevante, pero que hoy luce vacía, sin comercios ni paseantes. (ENRIQUE TERRAZAS)

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Muchos edificios lucen vandalizados, abandonados, en una arteria que hace décadas tuvo un impulso comercial relevante, pero que hoy luce vacía, sin comercios ni paseantes. (ENRIQUE TERRAZAS)

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