De enero a septiembre se atendieron siete casos por violación sexual, frente a 15 registrados en el mismo periodo de 2024.
De enero a septiembre de 2025, la Secretaría de Salud de Coahuila atendió siete casos en los que se aplicó la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), la cual se realiza cuando el embarazo es producto de una violación sexual y en esta entidad, está reconocida como un derecho de las víctimas de violencia sexual, de acuerdo con la Ley General de Víctimas y la NOM046-SSA2-2005.
De acuerdo a datos oficiales del Banco Estatal de Datos sobre Violencia contra las Mujeres y Niñas del estado de Coahuila, cinco casos se reportaron en la región Sureste, específicamente en el municipio de Saltillo. Mientras que dos casos, se atendieron en La Laguna, particularmente en la ciudad de Torreón.
En el mismo periodo pero de 2024, la dependencia de salud estatal, documentó 15 casos, de los cuales, 12 se concentraron en la región Sureste, 2 en la Comarca Lagunera y uno en la región Carbonífera. Durante los meses de octubre, noviembre y diciembre de ese año, ya no se reportaron más casos.
De acuerdo al Lineamiento Técnico para la Atención del Aborto Seguro en México, la IVE debe realizarse de manera inmediata y sin condicionar su prestación, como: presentación de una denuncia ante la autoridad ministerial. El único requisito previo a la prestación del servicio señalado por la norma oficial es la solicitud por escrito bajo protesta de decir verdad, en la que se manifieste que dicho embarazo es producto de violación. El personal de salud no está obligado a verificar el dicho de la solicitante, de acuerdo con lo establecido por la Ley General de Víctimas (LGV) bajo el principio de buena fe. Para niñas menores de 12 años, la solicitud será realizada por su madre y/o su padre, tutor o autoridad competente.
En los términos previstos por la NOM-046-SSA2- 2005, las instituciones del sector público, social y privado deben dar aviso al Ministerio Público en los casos donde las lesiones u otros signos sean presumiblemente vinculados a violencia familiar o sexual y que pongan en peligro la vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define un aborto seguro cuando éste se realiza por un método recomendado por la mejor evidencia disponible, contenida en las recomendaciones de la propia Organización, acorde con la edad gestacional, con acceso a la información adecuada y la atención requerida por parte de personal de salud con la capacidad técnica necesaria. Bajo dichas condiciones, es un procedimiento sencillo y extremadamente seguro.
