
¿Te casas o te quedaste sin trabajo? Toma en cuenta estos consejos financieros
Hay momentos en la vida que marcan un antes y un después: el día que decides casarte, el día que pierdes tu empleo, o cuando te ves obligado a empezar desde cero. En medio de esa incertidumbre, muchos voltean a ver su cuenta Afore como una posible tabla de salvación. Y sí, puede ayudarte. Pero antes de decir “me urge sacar ese dinerito”, hay que entender que no es gratis, no es inmediato y puede costarte muy caro en el futuro.
Si cotizas en el IMSS y decides dar el “sí”, puedes solicitar la Ayuda para Gastos de Matrimonio, un beneficio que parece atractivo pero que tiene sus condiciones. Lo primero que debes saber es que solo puedes pedirla una vez en la vida, y el dinero sale directamente de tu cuenta Afore, no del gobierno ni de tu patrón. En 2025, el monto equivale a 30 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), es decir, 3,394.20 pesos. Tal vez no alcance para la luna de miel en París, pero podría cubrir algunos gastos básicos.
Para solicitarla, necesitas tener al menos 150 semanas cotizadas desde el 1 de julio de 1997, no haber solicitado esta ayuda anteriormente, estar vigente como asegurado o pedirla hasta 90 días hábiles después de tu baja, tener actualizado tu Expediente de Identificación del Trabajador y que tu pareja no haya estado casada previamente ni registrada como beneficiaria en el IMSS. Antes de usar ese dinero para la tornaboda o la luna de miel en Cuernavaca, piensa si realmente vale la pena.
El retiro por desempleo es uno de los recursos más utilizados en momentos de crisis. Sin embargo, muchas personas lo hacen sin saber que puede afectar directamente su pensión futura. Cada retiro implica una pérdida de semanas cotizadas, lo que podría dejarte sin pensión o reducirla significativamente.
Para acceder a este retiro necesitas tener 46 días sin empleo, que tu cuenta Afore tenga al menos 3 años de antigüedad, haber cotizado mínimo 2 años al IMSS o ISSSTE, no haber hecho otro retiro por desempleo en los últimos 5 años y tener actualizado tu Expediente de Identificación.
El monto que puedes retirar depende de tu historial. Si tu cuenta tiene más de 3 años y has cotizado al menos 2, puedes recibir el equivalente a 30 días de tu último salario, con un tope de 10 UMAs. Si tu cuenta tiene más de 5 años, puedes recibir lo que sea menor entre 90 días de tu salario base de cotización (de las últimas 250 semanas) o el 11.5% del saldo en tu subcuenta de Retiro, Cesantía en edad avanzada y Vejez.
El costo real de este retiro es que el sistema te descuenta 250 semanas cotizadas, lo que equivale a casi 5 años de trabajo. Esto puede poner en riesgo tu pensión. Para pensionarte, necesitas mínimo 500 semanas si estás bajo la Ley 73 del IMSS, 850 semanas si cotizas bajo la Ley 97 del IMSS, o 25 años de servicio si estás bajo la Ley 2007 del ISSSTE. Si aún no alcanzas esas cifras, un retiro podría significar que no califiques para pensión cuando llegue el momento.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) recomienda que, si realmente necesitas el dinero, lo uses. Pero si puedes aguantar, mejor cuida ese ahorro. Tu “yo” del futuro, ese que quiere descansar, viajar y no preocuparse por la quincena, te lo va a agradecer muchísimo.
Tu ahorro para el retiro es como una planta: crece lento, pero si lo cuidas, te da sombra toda la vida. No lo cortes antes de tiempo por impulso o desesperación. Hazlo con información. Tu pensión es tu respaldo a largo plazo. Cuídala como si fuera oro.