María de la Luz Trasfi Mosqueda, lagunera, doctorada en administración, funcionaria de la Universidad Autónoma de Yucatán, me sorprende con su obstinada búsqueda del conocimiento, estudio y participación académica en el medio educativo latinoamericano.
De ella, recibí el texto "Este dolor no es mío", del psiquiatra y profesor universitario Mark Wolynn, director del Instituto de Constelaciones Familiares. Apenas avanzado en su lectura, cotejando las citas bibliográficas, aprendí más sobre las maravillosas investigaciones en el campo de la neuropsiquiatría neonatal.
Quiero compartirle lo aprendido por considerarlo importante para comprender y mejorar la dinámica al interior de nuestras familias.
Todo estudiante del área de la salud humana sabe de "carácter -lo aprendido- y temperamento -lo innato- de los seres humanos y su aplicación en la terapéutica clínica; sin embargo, los nuevos conocimientos en neurogenética, mueven un tanto los principios aceptados, rompiendo las generalidades establecidas.
Actualmente, por investigaciones altamente especializadas, se sabe que la genética individual puede modificarse con la influencia del entorno, algo que era inaceptable hace unos pocos decenios de años.
Aún más, y eso es más sorprendente: los traumas que padecemos en nuestras vidas personales pueden estar originados -al menos tener fuerte influencia- por los que padecieron nuestros padres y abuelos, hasta la tercera generación hereditaria.
De tiempo atrás, aceptábamos como estrictamente verdadero que el mensaje genético, recibido como resultado de la unión de un óvulo con un espermatozoide de nuestros padres determinan las funciones biológicas del nuevo ser; desde la anatomía y fisiología -le llaman genotipo-, hasta la apariencia física -fenotipo-.
Lo que ahora nos dicen los científicos investigadores del campo, es que también puede modificarse el mensaje neuronal a los hijos, por las vivencias traumáticas de padres y abuelos, paternos y maternos.
Incluso, han llegado a determinar que los genes pueden modificarse en la estructura del nuevo ser, que será el hijo o nieto futuro. Le llaman "trauma heredado". ¿Será así?
Aseguran, luego de repetidos procedimientos de demostración científica, que el estrés afecta a los genes CRF1 y CFR2, causantes de la influencia hereditaria para la ansiedad y el estrés.
Esos genes participan en la producción de la hormona corticotropina -producida en la corteza suprarrenal- que es precursora del cortisol, que escurre al torrente sanguíneo. Lo han denominado "mecanismo epigenético", jugando un papel significativo en la modificación del RNA no codificante -responsable de la herencia, modificando lo aprendido.
Ellos, han observado tales modificaciones genéticas en tales CRF1 y CFR2, en personas que padecen depresión y/o ansiedad, aseverando se pueden transmitir por herencia: de los abuelos a padres y de éstos a los nietos.
También han encontrado que, si bien pueden recibirse tales marcas genéticas, igual se modifican o hasta nulifican por medio de la influencia del ambiente en que se desenvuelven las personas que los heredaron y, desde luego, que la ansiedad y depresión -en extremo pudieran llegar al suicidio- se atiende con terapia "Psicología Retrógrada Familiar"; es decir: concientizándoles sobre antecedentes de traumas sufridos y transmitidos por padres y abuelos.
Los psiquiatras especializados en el tema y las adicciones dicen: "los traumas son capaces de extender sus tentáculos desde el pasado y hacer nuevas víctimas". El tema ha sido tratado en la revista Psychology Today.
Raquel Yehuda, epigenética, directora de la División de estudios del estrés traumático de la Escuela de Medicina, Monte Sinaí, N.Y., aporta una buena noticia: "tenemos habilidades intrínsecas que nos generan resistencia ambiental", lo que se traduce en oportunidades para adaptarnos y combatir situaciones vividas que nos generan estrés.
Esos nuevos conocimientos de la neuro epigenética prenatal, llevan a los médicos psiquiatras y psicólogos clínicos al aprendizaje y aplicación de tratamientos terapéuticos para combatir con mayor efectividad a la ansiedad y la depresión; ayudan a comprender mejor otra de las causas -etiología- del creciente índice de depresión en el mundo actual y el incremento de la enfermedad, que se ha observado particularmente entre los jóvenes.
Para los profesionales, -psicólogos/psiquiatras- se agrega una nueva técnica de terapia psicológica, basada en revisar y "deshacer" herencias traumáticas heredadas.
Los tratantes confirman la mejoría y resolución en algunos casos clínicos, advirtiéndonos que, desafortunadamente, han aparecido charlatanes pseudo terapeutas que manipulan las interpretaciones de las investigaciones. Tenga cuidado.
Se ratifica la importancia de la calidad de vida familiar y la influencia del medio social para prevenir de la enfermedad, al analizar lo ajeno y malo para la salud de los integrantes, conociendo, revisando e intelectualizando lo antecedentes y traumas vividos por antecesores y la repercusión que pudieran tener en descendientes.
La aplicación práctica, está en el conocimiento de tales descubrimientos sobre los y traumas que nos pueden influir; comprender mejor los antecedentes familiares: quiénes somos; y, de paso, qué tanto participa la herencia genética en nuestra salud psicológica.
Además: recibir nutrición emocional, al identificar nuestras fortalezas y debilidades. ¿Qué piensa? ydarwich@ual.mx